Sábado, 20 de Abril del 2024
Miércoles, 24 Mayo 2017 02:02

Religiosidad, valores y política en Puebla

Religiosidad, valores y política en Puebla Escrito Por :   Jose Zenteno

Con la finalidad de identificar los valores predominantes en la sociedad aplicamos una pregunta con cuatro opciones de respuesta. El conformismo que supone la aceptación de las situaciones de la vida fue seleccionado por el 52 % de los informantes, el hedonismo que busca la felicidad a toda costa obtuvo un 24 % de menciones, el idealismo que arriesga la estabilidad a cambio de más libertad fue seleccionado por el 13 %, y la solidaridad que implica sacrificarse por los demás obtuvo un 11 % de menciones.


¿Qué tan religiosos nos confesamos los poblanos? ¿Puebla sigue siendo la ciudad conservadora que le dio fama nacional? ¿Cuáles son los valores que predominan en la sociedad de nuestros días? ¿Aún existen las ideologías políticas? ¿Quiénes se dicen de derecha y quiénes de izquierda? ¿Es cierto que quienes se dicen más religiosos están más provistos de principios y valores? ¿Los de derecha son más religiosos que los de izquierda? ¿Los panistas superan a todos en religiosidad? ¿Los priistas de qué ideología dicen que son? Estas preguntas nos llaman la atención y hasta nos parecen morbosas, sin embargo, hace 30 ó 40 años habrían causado cierta indiferencia. 

 

¿Por qué despierta interés y hasta morbo hablar de valores, ideología y religiosidad? Porque son conceptos en desuso, prácticas de un pasado que muchos consideran inútil. Vivimos tiempos líquidos, los líderes de la sociedad (no solamente los políticos) se han dedicado a desmontar los referentes morales e ideológicos surgidos en la modernidad. Las coordenadas que orientaban la consciencia colectiva han sido sustituidas por el vacío. La existencia del ser humano actual se significa por la acumulación de bienes materiales y el apego que desarrollan sus poseedores hacia ellos, ya no por una consciencia de ser social con responsabilidades y obligaciones ante la colectividad. La vida comunitaria se ha destruido hasta el punto de formar parte de grupos virtuales de personas que se comunican y comparten experiencias efímeras por medios digitales, donde predominan mensajes breves, atomizados, la mayoría inútiles que sólo contribuyen a despertar la risa mediante un chiste vulgar o la burla hacia un político, deportista o artista de moda.

 

Nunca fueron decisiones inocentes o inocuas aquellas que eliminaron las celebraciones cívicas. Nuestro calendario está lleno de puentes vacacionales con el pretexto de promover el turismo, aunque en el fondo consiguen sacar de la agenda social los desfiles, discursos, ofrendas en los monumentos y todas aquellas prácticas que fomentaban la afirmación de valores cívicos y de consciencia de nuestra historia.

 

Tampoco es casualidad que la materia de civismo hubiese sido eliminada del plan de estudios durante varios años, ni que la historia que aprenden nuestros niños se refiera a un conjunto de hechos, nombres, fechas e imágenes que deben aprender de memoria sin motivar la reflexión sobre el contexto y la trascendencia de esos hechos históricos. Todo esto ha ocurrido porque resulta mucho más fácil dirigir a una sociedad de individuos carentes de referentes que doten de significado a su existencia. Los ciudadanos de hoy sólo se enojan pero son incapaces de articular un movimiento social en torno a una demanda concreta, así nunca podrán organizarse para desafiar realmente a la casta gobernante. Ese es el objetivo de terminar con la religión, los valores cívicos, la consciencia histórica, las ideologías políticas y la vida comunitaria; el control absoluto de la voluntad social. A pesar de que los ciudadanos se enojen, hagan mofa de sus líderes y crean que eligen a sus gobernantes, jamás serán capaces de desafiar el poder de las oligarquías.

 

Conscientes de esta realidad nos dimos a la tarea de medir los niveles de religiosidad, los valores y la ideología política de la sociedad, no solo en Puebla sino en muchos estados de la República. Hemos desarrollado una batería de preguntas que incluimos en todas nuestras encuestas con la finalidad de contar con indicadores que nos ayuden a comprender esta nueva circunstancia social. El modelo de investigación comienza a llamar la atención de algunos líderes políticos quienes decidieron incluir los hallazgos en el diseño de sus estrategias electorales y de gobierno.

 

Veamos algunos datos del municipio de Puebla correspondientes al mes de mayo del 2017.

 

Con la finalidad de identificar los valores predominantes en la sociedad aplicamos una pregunta con cuatro opciones de respuesta. El conformismo que supone la aceptación de las situaciones de la vida fue seleccionado por el 52 % de los informantes, el hedonismo que busca la felicidad a toda costa obtuvo un 24 % de menciones, el idealismo que arriesga la estabilidad a cambio de más libertad fue seleccionado por el 13 %, y la solidaridad que implica sacrificarse por los demás obtuvo un 11 % de menciones.

 

Las mujeres, los priistas y los panistas son más conformistas. Los perredistas y morenistas, así como los menores de 40 años con estudios de bachillerato o superior tienden al hedonismo. Las personas mayores de 56 años y con poca o ninguna instrucción manifiestan tendencia por la solidaridad sin que destaque ninguna filia partidista en el segmento. Los jóvenes de 18 a 25 años y los mayores de 56 años son más idealistas que el resto, entre los que destacan los identificados con el PRD y con el PRI.

 

Medimos la religiosidad en una escala de uno a 10, donde uno es nada creyente ni practicante y 10 es muy creyente y practicante del alguna religión. El promedio fue de 5.7 donde los más creyentes se concentran en los segmentos de menor instrucción y mayor edad, mientras que a menor edad y escolaridad más alta corresponde una menor religiosidad. Los priistas obtuvieron un promedio de 6.5, los panistas de 6.1, los perredistas de 5.7, los morenistas y los sin partido de 5.4. Nuestra ciudad está lejos en el promedio de religiosidad en comparación con otras del país; se derrumba el mito de los poblanos y los panistas ‘mochos’, así como el de los priistas liberales.

 

El promedio de religiosidad aumenta conforme pasamos del hedonismo (5.4) al idealismo (5.6) y del conformismo (5.9) a la solidaridad (6.2).

 

En cuanto a si los poblanos nos identificamos con una ideología política de derecha o de izquierda, lo que encontramos fue un 61 % que no se identifica con ninguna, en muchos de los casos porque no saben distinguir la diferencia. Ya sea por ignorancia o por decisión, la mayoría de los poblanos no tenemos una ideología política. Entre los identificados con la derecha encontramos al 15 %, los de centro derecha al 6 %, los de centro izquierda al 5 % y los de izquierda fueron el 14 %. Los de derecha, centro derecha y centro izquierda obtuvieron 6.2 de promedio de religiosidad, los de izquierda 5.1, los no identificados con alguna ideología política obtuvieron 5.7. La izquierda crece entre los jóvenes de 18 a 25 mientras que la derecha lo hace entre los mayores de 40 años. El 39 % de los priistas y el 40 % de los panistas se consideran con tendencia a la derecha, el 58 % de los perredistas y el 55% de los morenistas con tendencia a la izquierda. El 47 % de los panistas y el 49 % de los priistas dicen no tener ideología política, mientras que en esa condición encontramos al 22 % de los perredistas y al 34 % de los morenistas.

 

La desideologización de la sociedad es una realidad que avanza rápido y no parece detenerse. Los jóvenes con mayor instrucción tienden a disminuir su práctica religiosa y a manifestar conductas hedonistas. A este ritmo pronto se destruirá el tejido social y entraremos en un acelerado proceso de envilecimiento colectivo con violencia e indiferencia crecientes.

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