En esta entrega y otras por venir, describiremos la evaluación que hacen los ciudadanos del municipio de Puebla al respecto del primer gobierno estatal de extracción no priista que está próximo a terminar. Hace 6 años levantamos una encuesta en la capital con la finalidad de documentar el comienzo de la alternancia en Puebla, sus resultados también fueron publicados por Diario CAMBIO, en esta ocasión podremos comparar ambas encuestas y con ello contribuir al juicio que hará la historia sobre el paso de Rafael Moreno Valle al frente del Poder Ejecutivo Estatal.
En 2011 el humor social era mucho más optimista y esperanzador de lo que encontramos en 2017. En las últimas semanas se ha incrementado el ánimo pesimista, sobre todo como consecuencia del gasolinazo y del efecto Trump, ya que entre noviembre del 2016 y enero del 2017 pasó del 50 % al 59 %, mientras que hace 6 años la proporción era del 33 %. Los optimistas del 2011 eran el 36 % y los esperanzados el 21 %, en el 2017 el 30 % optimistas y 7 % esperanzados. El dato es importante porque el humor social es uno de los factores que explican la evaluación que hacen los ciudadanos de los gobiernos y gobernantes.
A pesar del humor social pesimista, la percepción de progreso en el estado de Puebla se duplicó con respecto del 2011, ya que pasó de 22 % a 44 %. La percepción de retroceso se redujo del 20 % al 14 % y la de estancamiento también se redujo del 56 % al 40 %. Estos indicadores muestran que la percepción social sobre el estado de Puebla es mejor al final del morenovallismo de lo que era al final del marinismo. Los números son fríos y las comparaciones nunca serán ociosas aunque para algunos resulte un fastidio.
El 31 % manifestaba acuerdo con la gestión de Mario Marín a diferencia del 45 % que hoy está de acuerdo con la gestión de Rafael Moreno Valle. El desacuerdo con Marín era del 67 %, mientras que con Moreno Valle es del 54 %. La calificación promedio en una escala del 1 al 10 para el priista era de 4.5 y para el panista es de 5.6. También encontramos un mayor acuerdo y una mejor calificación al trabajo de Rafael Moreno Valle de lo que obtuvo Mario Marín en enero del 2011.
¿Ganarle a Mario Marín es suficiente para ponderar el trabajo de Moreno Valle? Yo creo que no es así. La encuesta incluyó otras variables para describir la evaluación que hace la ciudadanía de esta administración estatal.
Lo mejor que hizo Moreno Valle como gobernador del estado fueron las obras de infraestructura para el 35 % de los informantes, el segundo lugar fue para el 13 % que opinaron que no hizo nada, en tercero los hospitales para el 11 %, después el impulso al turismo y embellecer a la ciudad de Puebla para el 10 % respectivamente. Lo peor que hizo fue endeudar al estado para el 23 % de los entrevistados, el 14 % mencionó al incremento de la delincuencia, 13 % obras caras e inútiles y 8 % señaló que creció el desempleo.
El estilo de gobernar también lo evaluamos. El 39 % opina que Moreno Valle es “clasista, represor y autoritario”. El 30 % opina que es “progresista y modernizador”. El 25 % que es “trabajador con mano firme”.
Cuando les preguntamos al respecto de las grandes obras construidas durante esta administración estatal, el 25 % opina que son obras “poco útiles y con sobrecostos”, el 23 % dice que son “obras de relumbrón porque Moreno Valle quiere ser presidente”, un 18 % dice que “son obras benéficas” y al 16 % “le gustaron porque cambiaron la imagen de Puebla”, otro 12 % declaró que “solo sirven en la capital del estado”.
Al respecto de la eficacia de las autoridades ministeriales para perseguir a la delincuencia durante el gobierno de Moreno Valle, el 24 % declaró que lo hicieron mejor o igual de bien, mientras que el 70 % opinó que lo hicieron peor o igual de mal.
El impacto del trabajo del gobernador en la vida de los ciudadanos es quizá uno de los indicadores más importantes para valorar la gestión. El 21 % de los informantes declaró que mejoró su vida con lo realizado por el gobernador Moreno Valle, el 48 % declaró que no influyó y el 24 % dijo que su vida empeoró.
Usted dirá amable lector que los ciudadanos son incongruentes ya que los niveles de acuerdo y la calificación que le dan al trabajo del gobernador no corresponden con la evaluación que hacen de las obras, la procuración de justicia, el estilo personal de gobernar y el impacto en su propia vida. Me parece que para la gente está implícito el hecho de que durante el sexenio morenovallista no hubo escándalos de corrupción, a diferencia de los escándalos que sí hubo en tiempos de Mario Marín. También está implícito el siguiente argumento: “al menos este gobernador hizo obras, no como otros que sólo se roban el dinero”. Y valga decir que a pesar que son obras poco útiles, caras y cosméticas, ahí están como prueba de que algo se hizo durante el gobierno.
Termino con la siguiente reflexión. En 2011, la principal demanda de la gente al nuevo gobierno era que trabajara para mejorar la economía (más empleos, mejores salarios y más oportunidades) con 66 % de las menciones, en segundo lugar que combatiera la corrupción con 44 % de menciones, en tercer lugar que mejorara la seguridad pública con 33 % y en cuarto lugar que mejorara la impartición de justicia con 21 % de las menciones. Ninguna de las 4 prioridades señaladas en 2011 tienen nada que ver con lo que hizo el gobernador del estado y que la gente más le reconoce. Esa es la razón por la que muy pocos informantes declaran que el trabajo de este gobernador sirvió para mejorar sus vidas. Amable lector aquí están los datos, usted saque sus conclusiones.