¿Qué significa ese cambio y qué están dispuestos a hacer los mexicanos para conseguirlo? ¿Hay coincidencia en las circunstancias individuales y colectivas que motivan esa demanda de cambio? Ya hemos discutido en este espacio sobre la enorme diversidad de significados del cambio político, lo que no hemos abordado son las vías para materializar la idea de cambio, me refiero al camino que cada quien considera el más viable para hacer posible lo que quiere para México. Tampoco hemos discutido cuáles son las condiciones individuales y contextuales que condicionan y motivan la actuación política de los ciudadanos, es decir, el conjunto de factores que incentivan o inhiben la participación en el sistema político.

Los hallazgos que estoy a punto de compartir con usted, amable lector, son el fruto de muchas horas de trabajo que comenzaron con leer textos de sociología, filosofía y ciencia política que nos dieran un marco teórico de dónde partir. Por otra parte, en los estudios cualitativos advertimos una constante referencia axiológica en los planteamientos dados a conocer por los informantes, los cuales, según el rango de edad, instrucción y contexto sociocultural, al describir determinado hecho social o político hacían referencia a la relación entre su sistema de valores y la perspectiva dada a cada hecho.

La investigación cualitativa nos condujo a identificar dos grupos de ciudadanos. Los primeros caracterizados por el escepticismo y la falta de principios éticos, lo cual produce en ellos un efecto inhibidor de la voluntad de cambio por la vía de la política. Los segundos constituyen otro grupo de ciudadanos más informados y dotados de un discurso fundado en valores, cuya voluntad de participar y de transformar la realidad social se manifestaba en forma decidida. El hallazgo de estos grupos resultaba importante y arrojaba luz sobre las condiciones que afectan los procesos sociales y políticos en México, sin embargo, no éramos capaces de determinar cuál de ellos era más grande, cuáles son las características socioeconómicas de sus integrantes, ni cómo se relacionan con otras variables como la intención de voto o la evaluación de autoridades.

Fue así que nos planteamos el reto de construir un sistema de indicadores que fuera capaz de ‘identificar’ y ‘describir’ la actuación política como una función determinada por el campo ético de los individuos en su relación con otros y también en relación con la autoridad, así como de su rechazo o permisibilidad a la corrupción. En todos los cuestionarios de nuestras encuestas y en la guía de temas de nuestras sesiones de grupos focales incorporamos una serie de cuatro preguntas cerradas que inquieren sobre dichos campos.

La semiótica también jugó un papel decisivo en la construcción de nuestros hallazgos, pues nos dimos cuenta que la misma respuesta podía tener más de un significado, lo cual complicaba la posibilidad de llegar a conclusiones ciertas. Fue entonces que emprendimos una tarea ardua en la que nos pusimos a revisar uno a uno los videos de más de 50 sesiones de grupos focales realizadas entre noviembre del 2016 y junio de 2017, en las que abordamos esas cuatro preguntas; clasificamos el significado y la motivación de cada respuesta de cada informante y luego identificamos patrones coherentes de respuestas a dichas preguntas, lo que nos permitió construir perfiles de informantes. Se identificaron nueve perfiles en función de lo que los informantes están dispuestos a hacer para lograr ‘el cambio que México necesita’, relacionados con su rechazo o permisividad ante actos de corrupción de las autoridades y su sistema de valores. Cada uno de los nueve perfiles los revisamos y encontramos un nivel de concordancia del 87 por ciento, lo que significa que nueve de cada 10 personas clasificadas coincidían con el perfil establecido.

Ahora contamos con un indicador que hemos denominado ‘Actuación política’ mediante el cual tenemos un alto nivel de certeza de que refleja las cualidades éticas, las motivaciones y las vías de participación política de cada informante de nuestras encuestas. Ya podemos describirles, ubicarles en los mapas electorales y relacionarles con otras variables para diseñar estrategias de comunicación más efectivas y de menor costo, pues los mensajes responderán a sus intereses, valores y motivaciones más íntimos.

La siguiente fase del proyecto consiste en desarrollar estrategias de comunicación que aprovechen la información que proporciona el modelo. En esta etapa encontramos a un joven mexicano y talentoso, graduado del programa de Comunicación Política de Emerson College en Boston, Ernesto Bustillos Jacquez, con quien hemos establecido una alianza para el desarrollo del proyecto y desde luego, el éxito de nuestros clientes.

Quiero aprovechar el espacio para agradecer el trabajo de todo el personal de MAS DATA que de alguna manera ha estado vinculado con estos trabajos, en especial a mi socio intelectual, amigo y colaborador, Omar Cervantes.