Un repaso a los documentos aprobados por los miles de asambleístas nos muestra lo que el partido quiere y buscará en las próximas semanas y meses.

Por ejemplo, en el Programa de Acción se establece que esta estrategia deberá “fincarse en el orgullo que la militancia debe sentir por los avances obtenidos a partir de nuestro compromiso con México, y que trace una hoja de ruta para los próximos años; para que cada mexicana y cada mexicano, desde la niñez hasta la tercera edad pueda tener las herramientas que le permitan realizar su potencial, empoderarse, gozar de las mismas libertades y derechos, desarrollar sus aspiraciones e incidir en el rumbo de su comunidad y del país; para que cada región aproveche mejor sus recursos y se equilibren las desigualdades; para que nuestro país sea un ejemplo global en cuanto a desarrollo sostenible y responsabilidad global”.

Lo ocurrido en los trabajos del PRI ratifica lo que ya sabíamos: el Partido Revolucionario Institucional tiene la capacidad de cambiar luego de escuchar a los ciudadanos y a sus militantes.

Vimos debates encendidos, propuestas inteligentes, expresiones, corrientes, grupos que defendieron una idea, y lo que siempre existió fue la unidad partidista.

Aquellos que quisieron ver en la Asamblea una carnicería, rupturas, fracturas y alejamientos, se quedaron con un palmo de narices.

El PRI demostró, una vez más, que puede debatir en la diversidad, que es capaz de construir desde las diferencias, que sabe escuchar y, sobre todo, recomponer el camino.

La Asamblea del PRI fue la posibilidad de enfrentar a los fantasmas que muchos pensaron que existían, a los temores que muchos pensaban que se tenían.

Nada de eso.

Hoy vemos a un PRI orgulloso, de pie, con convicciones, con militancia, con discurso, con ideología.

El PRI encabeza la Revolución de hoy, la que entregará a México buenas cuentas, la que detendrá las intentonas autoritarias y mesiánicas, la que combatirá a quienes han demostrado su ineficacia.

El PRI está fuerte y por sus venas corre sangre nueva; corre el respeto a la ley, a la diversidad, corre el deseo de construir el futuro; corre el impulso a la unidad de los mexicanos.

El PRI está listo para el debate de las ideas, para pensar en lo que México y Puebla necesitan.