No existe una sola persona que no sepa que el máximo referente del baloncesto es Michael Jordan, el mejor jugador de todos los tiempos y el mejor atleta del siglo XX. Sus hazañas fueron dignas de otro mundo, tanto que ayudó a Bugs Bunny y a todos los Looney Tunes a que no fueran esclavos en Montaña Tontolandia.

Existe un antes y un después de Michael Jordan, sin embargo la globalización del basquetbol es culpa de ese fabuloso y único Dream Team  que conoció el mundo en Barcelona 1992. Después de eso el deporte ráfaga se volvió el más popular en la década de los 90 y  varios países comenzaron con su práctica, algunos se volvieron potencias como fue el caso de Argentina, Lituania, Puerto Rico y la misma España, pero en México ya se habían escrito gloriosas historias que casi ningún medio de comunicación plasmó en sus hojas principalmente por hueva, por criterios pendejos de los dueños que sólo conocen el futbol,  pero sobre todo porque el basquetbol en México vive de las limosnas del gobierno.

La historia del baloncesto en México ha sido injusta con sus deportistas y es comparable a la situación de la guerrilla de Chiapas en 1994 (las dos historias tenían mucho que decir pero nadie los quería escuchar).

Luego llegaron presentadores deportivos como Enrique ‘fotos porno’ Garay y el gran Pepe Espinosa  y bien o mal (y digo mal porque los comentarios de Enrique Garay ya son igual de malos que los apodos del ‘Perro’ Bermudez) vinieron a poner orden en el periodismo deportivo alternativo, estos weyes sí eran barrio y realizaban entrevistas a deportistas universitarios y amateur que tenían algo más que ofrecerle al deporte en México que patear un pinche balón.

(Pongan la canción ‘Jump’ de Van Helen para seguir leyendo esta parte porque aquí es cuando el basquetbol pasa por momentos felices)

Parecía que este deporte  iba por buen camino y muy pronto vimos reportajes que Enrique ‘fotos porno’ Garay realizaba en televisión nacional a los jugadores de las Águilas de UPAEP y a ese grande coach Javier Ceniceros, entrevistaban a jugadores del Tec de Monterrey, UDLAP, conocimos a Horacio Llamas el primer jugador mexicano NBA, a Eduardo Nájera y hasta  Carlitos Slim metió lana para crear la Liga Telmex.

Por fin las personas que entramos a la globalización en los años 90 supimos que había una selección Nacional de basquetbol y no todo era Jorge Campos y ‘Zague’ .

(Bueno si quieren ya quiten la canción de Van Helen porque aquí se terminan los momentos felices del basquetbol en México y regresan hasta el 2013, pero todavía no llegamos ahí)

En México el baloncesto tuvo su  ‘época romántica’  y en los años 70  el mundo  conoció  a  dos de los máximos referentes de la historia de este deporte en México;  Manuel Raga quien  se convirtió en el primer jugador no nacido en Estados Unidos en ser drafteado por la  NBA (con quien por cierto nunca jugó)  y Arturo ‘Mano Santa’  Guerrero que también le dijo ¡NO! a la NBA.

Estas dos historia representan la lealtad patriótica-deportiva que a muchos deportistas les falta en la actualidad. La NBA suplicaba por los servicios de ambos jugadores pero en aquellos años para poder seguir jugando con la Selección Nacional Mexicana tenían que ser deportistas amateur y pisar la NBA automáticamente los convertía en jugadores profesionales por consiguiente ya no podían jugar representando al país.

El basquetbol en Puebla tiene maravillosas historias que en su mayoría no han sido contadas por algún medio de comunicación, la cancha del Instituto Mexicano Madero albergó el primer partido oficial en México, para Samuel Campis jugador poblano; la historia no lo ha terminado de reconocer igual que a un Arturo Guerrero y a un Manuel Raga y sin él tal vez nadie conocería al grandioso equipo de UPAEP y el profe Javier Ceniceros sabe por qué,  La cancha de San Pedro que fue un Palacio del Deporte en donde seguramente muchos de nuestros abuelos y papás se conocieron y era un lugar obligado para la práctica del basquetbol y que terminó como una maravilla poblana desaparecida, es más tenemos a una leyenda viviente del basquetbol dorado Jesús ‘la flauta’ Bautista, Puebla es un santuario olvidado.

Sin embargo hay una historia que se llamó Polideportivo Ignacio Manuel Altamirano  un lugar que fue templo del basquetbol a nivel nacional cuyos jugadores e inmobiliario fueron menospreciados por más de 30 años, un lugar que pasó de la gloria al olvido por culpa de muchos directivos y falta de programas dirigidos al baloncesto, pero esa historia tendrá que esperar hasta la próxima semana porque ahorita la comunidad universitaria está comiendo pan y viendo mucho circo en la nueva ARENA BUAP.