Si pusiste atención en la primaria, recordarás que la escala del Potencial de Hidrógeno o pH  (o sea la concentración de iones de Hidrógeno en una disolución), va del 0 al 14 e indica acidez o alcalinidad. También recordarás, que los ácidos se encuentran del 0 al 7 y lo alcalino del 7 al 14.

Al agua, naturalmente le corresponde un pH neutro, de 7, y a la mayoría de los fluidos corporales importantes como la sangre, les corresponde un pH alcalino (7.38), sin olvidarse de los jugos gástricos que naturalmente son de carácter ácido, con un 2.0.

Ahora bien, en términos de la dieta alcalina, debemos considerar un poco más que la tablita, ya que el valor es relativo en términos de proporción en una dieta, es decir, que si una banana, de pH promedio de 4.5, naturalmente es ácida, al entrar en contacto con nuestros jugos gástricos está más cerca de lo alcalino, que nuestro HCL gástrico, así que realmente no ‘acidificaría’ nuestro cuerpo, sino más bien llevaría hacia lo alcalino.

Entonces ¿cuál es todo el tema, si la mayoría de los alimentos son de pH mayor al del jugo gástrico del cuerpo humano? Pues la respuesta tiene que ver con los efectos de muchos alimentos de pH bajo en nuestro cuerpo. La comida procesada, chatarra, rápida, el alcohol y otras sustancias y alimentos presentes de manera cotidiana tienden a tener un pH bajo, así que englobarlas en esta “cualidad” resulta más simple para poder aprender cómo alimentarse. Cabe mencionar que ni todos los alimentos ácidos son malos, ni todos los alimentos alcalinos son buenos. Así que podrías consumir un alimento considerado como ácido (carne, por ejemplo) y combinado con una abundante ensalada y frutas puedes generar una combinación que sigue siendo saludable. Por lo que no tienes que irte al extremo, si lo que quieres es una alimentación sana, pero sí podrías comenzar por balancear tu alimentación.

Lo que sí es cierto, es que además de la alimentación, estamos expuestos a contaminación, stress y otros factores que no nos ayudan en nuestro proceso homeostático de salud y bienestar y aquí es donde entra el agua alcalina a hacer su trabajo.

El agua alcalina es una alternativa ideal para apoyarte a hidratarte de una manera inteligente, de modo que  mientras te hidratas profundamente, fortaleces el sistema inmunológico y balanceas tanto agentes externos como internos. Además, si padeces de hiperacidez, ésta es una perfecta opción cotidiana para disminuir la acidez de tu estómago. Por otro lado, como antioxidante, ayuda a mantener tu piel sana y libre de imperfecciones, protegiéndola de los efectos típicos de la ciudad.

Otra de las ventajas es que aunque se supone que el agua es ‘insípida’, podemos detectar distintos y variados ligeros matices de sabor en el agua. Para las personas que no disfrutan naturalmente de tomar agua, el agua alcalina es una excelente opción porque su sabor es más suave.

Si bien no puedes dejarle todo el trabajo al agua, es un excelente sitio donde comenzar a hacer algo plus por tu salud, además de que puedes llevarla contigo ¡a donde quieras!

Por todas esas razones, #Alcalinízate con Vika Water 8.5