Martes, 16 de Abril del 2024
Martes, 07 Febrero 2017 02:01

¡Vamos a ganar!

¡Vamos a ganar! Escrito Por :   Irma Sánchez

Santo Domingo de Guzmán, desde su retablo del siglo XVII, fue testigo de los nuevos vientos que se cruzan en Puebla, la entidad que hace 18 años (o tres sexenios ) fue gobernada por un político de perfil adusto y que no fue ni es monedita de oro.


Me refiero al hoy senador Manuel Bartlet Díaz, quien en un hecho poco visto, el domingo pasado, después de pasear con su familia por las principales calles del Centro Histórico, acudió a misa de once y media al templo de Santo Domingo en la Avenida 5 de Mayo, en donde no se cansó de observar y disfrutar la herencia artística del recinto que data de la segunda parte del citado siglo.

 

Acompañado por su hija Alejandra repasó los detalles de la decoración barroca lograda por los indígenas dirigidos por grandes maestros de la época.

 

Al término de la celebración visitó la Capilla del Rosario y al salir encontró la mano tendida de muchos poblanos que emocionados lo saludaron y hasta le preguntaron y desearon la mejor de las suertes con Andrés Manuel López Obrador.

 

Al senador Manuel Bartlet Díaz se le ve bien, fuerte, seguro, con una sonrisa que dice mucho y todo.

 

Todo bien.

 

De tennis negros para aguantar la larga caminata que obliga el paseo por las calles del centro de Puebla; hoy es saludado por muchos poblanos, que lo sienten más próximo.

 

Acompañado de su primera aliada, Julia Abdala disfrutó de la Puebla que gobernó, la Puebla que lo recuerda con respeto y cariño. La Puebla en la que hoy se pasea disfrutando de su nuevo ambiente.

 

Sonriente, respondió el saludo de quienes sólo lo observaron. Y a quienes lo refieren brevemente como la esperanza en la tercera opción de México AMLO, el político que sabe muy bien lo que hace, y se concreta a sostener con entusiasmo… ¡vamos a ganar!

 

Su entusiasmo viene de un todo. A esa hora del domingo todavía no se tenían reportes de la magna concentración que logró ALMO en la tierra del presidente Peña Nieto. Ni de la multitud que se congregó en Xalapa para escucharlo y ovacionarlo.

 

Lo peor que nos puede pasar hoy es no darnos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor y de la decisión de una mayoría que ahí está, late y decide.

 

 

Nos guste o no nos guste.

 

 

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