Miercoles, 24 de Abril del 2024
Martes, 21 Marzo 2017 02:42

¡Uf!

¡Uf! Escrito Por :   Irma Sánchez

Las condiciones nos obligan a acudir al templo de la Compañía con una garrafa en mano para llevar agua de San Ignacio y rociarla por todos nuestros espacios tanto de casa como centros de trabajo, para librarnos de todo tipo de tragedias como puede ser un incendio.


Este fin de semana se registró un incendio en una empresa, donde quedaron al descubierto las limitaciones que enfrenta hoy en día nuestro verdaderamente “heroico” cuerpo de bomberos para atender una contingencia.

 

De qué sirve que tengamos una maravillosa rueda de la fortuna, un teleférico, ciclovías –muchas sin uso– si en la ciudad de Puebla y la zona metropolitana que concentra asentamientos industriales, se carece de un buen equipo de bomberos.

 

Nuestros bomberos están en condiciones de atender una fuga de gas doméstico, de sumarse a las labores de emergencia para drenar el agua en épocas de lluvias cuando registramos inundaciones donde las autoridades activan el plan Acuario. Pero para hacer frente a un incendio lo primero que tienen que hacer es encomendarse al divino.

 

Para comenzar sus uniformes ya están gastados.

 

A sus unidades les pasa como a la cucaracha: “ya no puede caminar”.

 

Su equipo de implementos no sólo resulta obsoleto, sino que es limitado.

 

Y tienen problemas para abastecerse de agua.

 

Con el incendio de San Jerónimo Caleras se reporta que hubo la necesidad de contratar pipas particulares para realizar las maniobras de sofocación que se prolongaron por espacio de 30 horas.

 

Afortunadamente, en este caso en particular las cosas no pasaron a mayores. Con sólo evacuar la zona por los gases fue suficiente.

 

Pero imagínese usted.

 

Claro, los incendios no se dan a diario, pero hay que contar con un equipo que garantice la capacidad de respuesta ante cualquier problema.

 

Tradicionalmente, quienes han participado en el reequipamiento del cuerpo de bomberos son las cámaras industriales y los clubes de servicio en un trabajo conjunto con las autoridades, por lo que hoy se plantea necesario volver a ocuparse del reto que representa volver a contar con un buen equipo de bomberos en nuestra ciudad.

 

Los clubes de servicio, a través de sus fundaciones internacionales han conseguido en otro momento la donación de equipo de ciudades norteamericanas en donde la modernización es continua, y dejan unidades e implementos en excelentes condiciones.

 

 

Simplemente hay que recordar que “más vale prevenir”.

 

 

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