“Los ejércitos de todo el mundo, son capacitados, entrenados, para hacer la guerra generalmente a un enemigo externo, en caso de invasión al territorio o para salvaguardar las instituciones en caso de ataque interno.

 

“Ni el Ejército ni la Marina, han sido entrenados para realizar actividades policiacas que son otra cosa muy distinta.

 

“El Ejército Mexicano tiene una gran raigambre popular. Es producto de los tres más grandes movimientos de nuestra historia: la Independencia, cuando las guerrillas de Vicente Guerrero firmaron un pacto para conformar con los restos del ejército realista, el llamado ‘Ejército Trigarante’ considerado el primer ejército nacional; más tarde, durante la lucha de Reforma, con Benito Juárez, se consolidó en la batalla del 5 de mayo de 1862, en Puebla y después, también surgido de la entraña popular, se conformó el ejército revolucionario. Nunca ha sido un ejército elitista, por el contrario, soldados, jefes y oficiales, incluidos los de alto rango, han surgido mayoritariamente del pueblo.

 

¿Por qué ahora se ocupa a los soldados y marinos en actividades que no les son propias y que han ido minando poco a poco el prestigio del que siempre han gozado? Se pregunta nuestro amigo y el mismo se responde: “Por la sencilla razón de que tenemos como gobernantes a gente incapaz, sin oficio político, que primero desataron la violencia declarando una “guerra” contra el narcotráfico, para satisfacer al gobierno estadounidense que quiere frenar aquí, sin hacer ellos nada allá, el vicio de la drogadicción entre sus jóvenes.

 

“El mismo presidente de la República, que desató esa violencia, sacó al Ejército a combatir a la delincuencia, pues ni entonces ni ahora, los gobiernos de los estados y de los municipios, ni el propio gobierno federal, se han ocupado de formar cuerpos policiacos capaces para ocuparse de esa tarea.

 

–Cuando hablas del presidente que desató la violencia ¿te refieres a Felipe Calderón?

 

–Claro, no hay otro.

 

–Pero el actual presidente sigue ocupando a las llamadas fuerzas armadas en esta tarea.

 

–No pretendo defender al gobierno actual, tú me conoces, pero ya no le quedaba otra pues si no hay una sola policía estatal capaz y confiable para hacerlo y las policías municipales son una verdadera tragedia nacional, no hay más que emplear al Ejército y la Armada que son los que medio pueden frenar esta escalada que tanto daño ha causado a la población de todo el país y que tanto nos ha desprestigiado internacionalmente.

 

–¿Faltan recursos?

 

–Lo que falta es capacidad política, capacidad administrativa y hay exceso de corrupción entre nuestra clase gobernante.

 

–Bueno aquí en Puebla se construyó y funcionó una escuela de policías…

 

–Que fue tan mala que no ha tenido ningún resultado como estamos viendo con esto de los huachicoleros. Ningún resultado positivo han tenido los costosos arcos de seguridad y si no es porque el actual gobernante poblano solicitó el apoyo de la Federación, los que se dedican al robo y reventa del combustible, se adueñarían en poco tiempo de todo el estado.

 

–Se está acusando al Ejército de abusos, como el de la muerte de ese muchacho en Palmarito…

 

–Bueno si te fijas en lo que ha ocurrido de varios meses a la fecha, hay una insidiosa campaña tendiente a desprestigiar al Ejército. Es posible que los soldados y marinos en algunas ocasiones abusen del poder que tienen, pero ellos, te repito, fueron entrenados para otras cosas, no para policías. Los culpables, son los políticos, la clase gobernante que además de corrupta es ineficiente y es que han llegado al poder, sin oficio político, sin entrenamiento  para gobernar. Dime ¿qué partido político de derecha, de izquierda o de centro, aunque ya todos son lo mismo, ha presentado un proyecto, una idea más o menos lúcida para frenar el problema de la violencia en México? Ninguno, porque los políticos de ahora no tienen ideas, tienen ambiciones y nada más.

 

–Defiendes bien al Ejército…

 

–Mira, yo estuve en el Ejército durante cinco años en un puesto administrativo y se de lo que te estoy hablando. También he militado en un partido de izquierda y sé de cómo se manejan ahí las cosas. No estoy inventando nada, trato de ser imparcial y realista.