La pelea por la candidatura presidencial del PRI fue tersa por última vez en 1982, pero a partir de 1988 se da entre jaloneos, rupturas, derrotas y hasta homicidios. El destape de Salinas provocó la salida de Cárdenas, Muñoz Ledo y luego la creación del PRD. En 1994 todo terminó a balazos cuando mataron a Colosio y de emergencia entró Zedillo. Luego éste, resentido, permitió la interna de 1999 que preparó el terreno de la derrota en el 2000 enviando al descafeinado Labastida.
Fuera de Los Pinos, Madrazo asesinó mediáticamente a Arturo Montiel y se quedó con el tercer lugar en 2006. Con mucha ventaja en las encuestas y el apoyo de la nueva generación de gobernadores del PRI, Peña Nieto se impuso sin mucho esfuerzo a Beltrones que se alineó, pero seis años después va por su revancha, más contra el grupo del presidente que contra el presidente mismo.
En entrevista con REFORMA, Manlio Fabio Beltrones se destapó para pelear la candidatura presidencial y cimbró al PRI ya que pretende arrebatar la nominación del candidato al vetar a José Antonio Meade, el abanderado destapado por López Obrador como parte del acuerdo PRIAN para ganar en 2018.
Peña Nieto tomó oxígeno con la victoria en el Estado de México, pero se lo va a gastar en la intentona por abrir los candados estatutarios en la XXII Asamblea Nacional para eliminar el requisito de la militancia de 10 años y un cargo de elección popular como requisito de la nominación a candidato presidencial.
Contra esa intentona de modificación estatutaria ya se alzó Beltrones en la entrevista con René Delgado. “El partido no puede seguir siendo un taxi que traslada de un lugar a otro a personas que no tengamos la seguridad de que van a cumplir con la obligación del partido, porque después el partido es el que sale raspado… Si traslado por allí a un delincuente, después andan buscando al taxista y al taxi, en lugar del delincuente”, dijo textual.
Abundó el sonorense: “El partido debe tener identidad. Ya tenemos las reglas. Respetemos las reglas: no andemos haciendo trajes a la medida o deshaciendo los trajes que vamos a vestir”.
-¿Cuál sería el mayor acierto de la Asamblea?, preguntó René Delgado ex director editorial del rotativo.
-El que se convoca y que se convoca con esta oportunidad antes de la selección de un candidato. Primero, hay que decir qué es lo que queremos los priistas y después con quién.
-¿Cuál sería el mayor error?
-El que perdiéramos el tiempo debatiendo sobre nuestra solidez interna, nuestras reglas, sobre nuestros intereses. Cuando están sobre la mesa los intereses de todos los mexicanos; esto es, que nos pasáramos debatiendo sobre estatutos en lugar de debatir sobre el futuro.
-¿Qué mensaje mandaría al priismo y qué mensaje mandaría al electorado de cara a la Asamblea que viene?
-Este partido lo que necesita es primero definir el futuro. ¿Qué futuro le quiere proponer a los mexicanos? No perdamos el tiempo en riñas internas de poner más reglas o quitar más reglas. Nos debemos enfocar a lo importante. Este partido necesita mucha unidad, concluye el sonorense.
¿Contra quién dirige Beltrones estas declaraciones, además del propio Peña Nieto?
Pues contra el trío José Antonio Meade-Luis Videgaray-Aurelio Nuño, que no es otra cosa que el grupo del actual canciller y cerebro político del presidente. Ya López Obrador destapó a Meade, un candidato del PAN con las siglas del PRI.
¿Qué advierte Don Beltrone? Que si eliminan los candados en la Asamblea, el PRI se va a partir debido a que el priismo histórico sin duda acabará en Morena, y Peña Nieto y su candidato con un cascarón despojado de total competitividad.
Esta guerra tardó seis años, pero a cada capillita le llega su fiestecita: Beltrones contra Peña Nieto por el control del proceso sucesorio. Después de la XXII Asamblea, si prospera la modificación de los estatutos, vendrá la gran ruptura.