A finales del 2013 Rafael Moreno Valle le arrebató al alcalde electo Tony Gali el fichaje de Luis Banck Serrato quien de incorporarse a Desarrollo Social municipal terminó en el gabinete del gobernador para atender la urgencia que había provocado el estudio del 2013 de Coneval, cuando se reveló que con el morenovallismo había más pobres que los heredados por Mario Marín. La narrativa del progreso se había estrellado y el ahora ex gobernador buscaba un técnico fino que pudiera atacar el problema y revertir la situación en el segundo tramo del sexenio.
Una carambola feliz llevó a Banck al gabinete estatal, de ahí al gobierno municipal como alcalde sustituto y a un reciente informe de Coneval con resultados históricos: 429 mil poblanos menos en pobreza extrema. La historia política merece contarse porque ese logro histórico, sin duda, será la mejor arma de propaganda del morenovallismo para mantener el poder en 2018.
Como titular de Sedeso, Banck propuso una estrategia puramente técnica sin contenido de refuerzo a estructuras partidistas: atacar los indicadores y solamente los indicadores señalados por Coneval. El objetivo no era comprar lealtades de los más pobres, como se habían comportado históricamente los titulares de Sedeso, sino hacer tiros de precisión a las carencias por rubro: acceso a la seguridad social, carencia por alimentación, rezago educativo, carencia por acceso a los servicios de salud y acceso a los servicios básicos en las viviendas.
Banck se mantuvo en la Sedeso dieciséis meses atacando con intensidad las carencias por alimentación y servicios básicos en las viviendas. En marzo del 2015 fue enviado a Infraestructura a reparar el cagadero de Cabalán en proyectos como el Museo Barroco, el estadio y el teleférico, dejando a José Luis Soberanes para continuar el proyecto de atacar carencias e indicadores. Banck enmendó todos los errores de Cabalán y regresó a Sedeso desde donde partió para asumir como presidente municipal sustituto en marzo del 2016.
En medio de este proceso, la encuesta de Ingreso-Gasto de los Hogares Mexicanos de Inegi presentada en julio del 2015 confirmó que la estrategia de Banck estaba funcionando. Las noticias, más que buenas fueron excelentes. En un entorno en el que el Ingreso de los Hogares cayó a nivel nacional, Puebla fue la entidad número uno en crecimiento de dicho rubro pues pasó de 29 mil 271 pesos en 2012 a 35 mil 750 pesos para el 2014, lo que en términos reales representó un incremento de 22.1 por ciento, más de seis mil pesos constantes y sonantes.
El modelo económico del morenovallista de apostar por generación de riqueza, de empleos mediante la atracción de inversiones y turismo mejoró el nivel de vida de los poblanos. Luego llegaron los polémicos resultados de Coneval de ese mismo 2015, en los que la entidad se mantuvo como el cuarto lugar del ranking nacional de los más pobres, pero no hubo un empeoramiento sostenible sino una mejora en los siete indicadores, mínima, pero mejora al fin.
Banck primero contuvo el desplome en el índice de Coneval y quizá eso le valió el nombramiento como alcalde sustituto en marzo del 2016. Pero tras la victoria de Gali, Moreno Valle designó a Gerardo Islas y todo mundo pensó que se había vuelto loco. El ex dirigente del Panal no tenía ninguna expertise en materia de combate a la pobreza y sus odiadores se dedicaron a golpearlo porque ni siquiera tenía licenciatura en algo. Pero Islas no se apartó del libro diseñado con Banck y se dedicó a mover pocas cosas para mantener el paso.
El informe de Coneval de la semana pasada fue oxígeno puro para el morenovallismo que se ahogaba entre los escándalos del espionaje y la cercanía del capo ‘El Cachetes’ con prominentes miembros del grupo. Un respiro en el mar de golpes mediáticos, un arma de propaganda utilísima para el próximo año y quizá una lógica para redefinir la sucesión que hasta ahora luce amarrada para Martha Erika pese a su evidente fragilidad. Nadie en la historia de Puebla había asestado tal golpe a la pobreza extrema: sacar a 429 mil poblanos de las carencias extremas para enviarlos a la casilla de ‘pobres normales’.
¿Quién sería mejor candidato del morenovallismo para Casa Puebla? ¿La esposa de Moreno Valle que apenas aprendió a hacer chiles en nogada, que no ha sido ni regidora y que carga con la loza de la transmisión dinástica del poder o el hombre que diseñó y ejecutó la estrategia para sacar de la pobreza extrema a 429 mil poblanos y que seguramente podrá debatir mejor contra Enrique Cárdenas, el ex rector de la UDLAP experto en el tema precisamente? ¿O van a dejar que Cárdenas arrastre a Martha Erika y sus recetas de los chiles en nogada en el debate?
El logro político del Coneval pertenece en mayor grado a Banck, pero también a Gerardo Islas que comparte un poco de la medalla. Ambos salen fortalecidos y con mejores perspectivas para 2018.