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Lunes, 13 Marzo 2017 03:29

Así fue la caída del edil zeta de Atzitzintla y el escape de El Bukanas

Así fue la caída del edil zeta de Atzitzintla y el escape de El Bukanas Escrito Por :   Arturo Rueda

La policía municipal de esa demarcación, en vez de trabajar para la sociedad, estaba al servicio de los malos. Fueron ellos quienes capturaron a los tres agentes de las Fisdai que realizaban labores de investigación de secuestros y luego los entregaron a la gente de El Bukanas, quienes los torturaron y mataron en una casa de seguridad en la comunidad Cuyachapa


El golpe del trueno cayó en el lado veracruzano del Triángulo Rojo para sacudir a los municipios Palmar de Bravo y Atzitzintla.

 

No hay registro histórico de un macro operativo semejante en Puebla: más de 500 elementos entre estatales, militares, Gendarmería y refuerzos de La Marina.

 

Tampoco que un operativo de esa magnitud haya sido tan quirúrgico y aséptico: ninguna baja en el bando de los buenos —ya era suficiente con los tres ministeriales ejecutados horas antes— y extraoficialmente cuatro en el bando de los malos. Ningún civil muerto por daño colateral.

 

No por sabido deja de ser impactante: el edil de Atzitzintla trabajaba para una célula de Los Zetas comandada por Saúl ‘N’, El Bukanas, un capo sanguinario que controla el secuestro y el robo de combustible en la zona.

 

La policía municipal de esa demarcación, en vez de trabajar para la sociedad, estaba al servicio de los malos. Fueron ellos quienes capturaron a los tres agentes de las Fisdai que realizaban labores de investigación de secuestros y luego los entregaron a la gente de El Bukanas, quienes los torturaron y mataron en una casa de seguridad en la comunidad Cuyachapa.

 

Estos héroes como los definió el gobernador Gali en el homenaje de cuerpo presente que se les rindió, alcanzaron a comunicarse a su base para advertir del levantón que sufrían.

 

El fiscal Víctor Carrancá avisó al gobernador, al secretario de Seguridad Pública, y a Diódoro Carrasco. La decisión fue no escatimar recursos para encontrar con vida a los ministeriales.

 

Sin embargo, luego del mediodía del jueves, la Procuraduría Veracruzana notificó a sus pares de Puebla del hallazgo de tres cadáveres en la zona de Maltrata. Los tres ejecutados eran elementos de elite de la Fisdai, capacitados especialmente para la investigación de secuestros y crímenes de alto impacto.

 

El objetivo primordial era la captura de los policías municipales, hecho que ocurrió alrededor de las 4 pm. Luego de revisar sus teléfonos, de sus conversaciones por WhatsApp se llegó a la conclusión de que el alcalde también estaba coludido, y que todos trabajaban para Saúl ‘N’, El Bukanas.

 

El cabecilla de la célula Zeta de la zona se convirtió en el segundo objetivo estratégico, pero se tiene la certeza de que huyó alrededor de las 19:00 horas A las seis de la tarde más de 500 elementos, resguardados por dos helicópteros, uno de la SSP y otro de la Marina, comenzaron a desplegarse rumbo a Palmar.

 

A la altura de Tepeaca, el conductor del vehículo tanque Rhino perdió el control, atropelló a un motociclista de la gendarmería y se calcinó. ‘El Rhino’ no llegó a la batalla de Atzitzintla.

 

La tarde noche del jueves, el equipo de reporteros de CAMBIO regionales, en exclusiva, comenzó a informar del macro operativo policial que se desplegaba con la fuerza y rapidez del trueno.

 

En el arco de Palmar se instalaron Jesús Morales Rodríguez, el titular de SSP y Víctor Carrancá, quien sin temor encabezó el operativo de vendetta por sus agentes caídos.

 

Desde el C5, el gobernador Gali, Diódoro, los generales del Consejo Estatal de Seguridad Pública y el jefe de la XXV zona militar daban seguimiento en tiempo real. Ahí se confirmó la peor noticia: los ministeriales no sólo fueron ejecutados, sino también torturados.

 

El objetivo primordial era la captura de los policías municipales, hecho que ocurrió alrededor de las 4 pm. Luego de revisar sus teléfonos, de sus conversaciones por WhatsApp se llegó a la conclusión de que el alcalde también estaba coludido y que todos trabajaban para Saúl ‘N’, El Bukanas.

 

El cabecilla de la célula Zeta de la zona se convirtió en el segundo objetivo estratégico, pero se tiene la certeza de que huyó alrededor de las 19:00 horas de la comunidad La Encrucijada resguardado por sus guaruras en una camioneta RAM.

 

Siempre protegidos por los helicópteros, Carrancá llegó a la encrucijada para atestiguar las diligencias y detenciones. Fueron 39 vehículos usados para el trasiego de hidrocarburo, camionetas blindadas y de lujo; 5 mil 742 cartuchos útiles de diferentes calibres; 27 armas, entre éstas cuatro AR-15 y cuatro AK-47; 15 radios de comunicación y uniformes tácticos.

 

En Puebla nunca se había visto un operativo de esa magnitud. Entre los cuerpos policiales causa sorpresa la modalidad del robo de combustible: construir viviendas sobre las tomas ilegales. Por lo menos veinte encontraron.

 

Un golpe preciso, quirúrgico, para el que fue necesario la ejecución de tres ministeriales que, inexplicablemente, se fueron a meter al infierno sin el blindaje necesario.

 

¿Por qué fue necesaria la muerte de estos tres ministeriales para que se decidieran a dar el golpe?

 

¿Por qué si ya tenían información de inteligencia del mapa criminal de la zona no actuaron antes?

 

¿Por qué en el gobierno de Moreno Valle siempre se dijo que el problema era federal?

 

¿Cuántos alcaldes y policías municipales más están amafiados con estas células regionales de los Zetas?

 

 

¿Qué papel juega en todo esto el edil de Palmar de Bravo, Pablo Morales Ugalde

 

 

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