Una funeraria de Sudáfrica confiscó el cadáver de un hombre debido a que los familiares no pagaron un total de 40 cedis en gastos funerarios. Dos personas irrumpieron justo antes de que le dieran sepultura y abrieron el ataúd donde se encontraba el cuerpo del difunto para robarlo. 

Más tarde, aprovechando que los trabajadores que en un principio se llevaron el cuerpo no se encontraban en la morgue, los ancianos de la familia, acompañados de unos amigos volvieron a sacar el cuerpo del depósito para proceder de nuevo con el entierro. Finalmente volvieron a depositar el cuerpo de su difunto en el ataúd y terminaron con el entierro sin mayores problemas.

El director del hospital donde se encontraba el cadáver, Adusei Poku, quiso justificar a sus trabajadores explicando que ellos estaban en pleno derecho de llevarse el cadáver del ataúd, pues la familia no había pagado al completo los servicios funerarios. También dijo que la familia debería haber informado al centro hospitalario en caso de no disponer de dinero para llevar a cabo el entierro para poder haberlo realizado sin protagonizar este incidente.

Fuente: La Razón