Aunque Trump intentó ser cálido durante su estancia en Polonia, no fue recibido de la misma forma por la primera dama polaca Agata Kornhauser-Duda, quien se negó rotundamente a darle la mano y se dirigió directo a saludar a Melania.
La expresión del mandatario ante tan marcado desaire, dejó al descubierto una vez más su mal carácter.
Al parecer, despreciar al magnate se ha vuelto una acción popular, pues recordemos la constante negativa de Melania Trump a sostener la mano de su marido en público.
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— David Lewis (@davidclewis) 6 de julio de 2017