El fenómeno teatral Conejo Blanco Conejo Rojo, del iraní Nassim Soleimanpour, cerró su ciclo de presentaciones en nuestro país con dos exitosas funciones en la ciudad de Puebla. 

El pasado 30 de junio, el teatro del Complejo Cultural Universitario (CCU) fue el escenario donde esta obra experimental que ha dado la vuelta al mundo dijo adiós al público mexicano rompiendo el récord de asistencia registrado en la Ciudad de México.

La primera actriz Rosa María Bianchi y el jovial talento de Joaquín Ferreira brindaron a los poblanos la oportunidad de sumarse al selecto grupo de personas que se han convertido en receptores del poderoso mensaje enviado por Soleimanpour a través de su obra. 

Buena parte del rotundo éxito de estas presentaciones se debe a la gran expectativa y misticismo que existe alrededor del mítico guión del Conejo, del que se pide a la audiencia no revelar su trama, cayendo de esta manera en una complicidad directa con el autor, que es a final de cuentas, uno de los objetivos principales de lo que se podría considerar un experimento social de escala global. 

Contrario a lo que se pudiera pensar, el público poblano hizo un gran aporte a la obra de Soleimanpour gracias a la nutrida interacción que entabló con los actores que se posaron sobre el escenario, llegando a niveles nunca antes vistos a decir del productor Roberto Ariza. 

Asombro, desconcierto, profunda reflexión y un inevitable ejercicio de introspección fue el cóctel de reacciones que se apreciaron a las afueras del CCU una vez concluidas las dos presentación de esta obra que sin duda ya constituyen un hito en el mundo de la literatura universal.