Pablo Morales Ugalde, edil de Palmar de Bravo, fue el primer presidente municipal del Triángulo Rojo en coludirse abiertamente con las mafias de chupaductos y vender el combustible robado en tres estaciones de su propiedad. Aunque los rumores de su actividad delincuencial crecían a la misma velocidad que el número de tomas clandestinas en su municipio a partir de 2014, el gobierno morenovallista ‘nunca’ se enteró de sus operaciones.

Su suerte empezó a agotarse cuando Moreno Valle dejó el poder ya que a los pocos días el diputado local Ignacio Mier Bañuelos exigió una investigación en su contra.

Un reportaje de CAMBIO Regionales demostró que su patrimonio alcanzó los 56 millones de pesos en gasolineras, hoteles y hoteles boutique, todos ellos instalados en Tecamachalco. Sin embargo, sus allegados afirman que su fortuna sobrepasa los 500 millones de pesos si se toman en cuenta otras cuatro estaciones en las que es socio con sus hermanos y donde también se vendía huachicol.

Desde febrero del 2016 el aún militante del partido Pacto Social de Integración (PSI) exhibía públicamente su simpatía por los ladrones de gasolina al poliducto Minatitlán-México de Pemex, pues previo a su Segundo Informe de Labores –al que asistió Moreno Valle– defendió a las mafias de chupaductos que operan en el Triángulo Rojo cuando aseguró que ‘ayudaban’ a la economía local.

“Yo no lo vería así. Yo no lo vería como preocupación, ¿no?, mientras que en las estaciones de servicio vale 13 pesos (la gasolina), ustedes por donde caminen, Distrito Federal (Ciudad de México), el Bajío, el Norte o al Sur anda de cinco a seis pesos (el litro que comercializan los huachicoleros). Habría que preguntarle a los ciudadanos qué opinan de ello”, respondió en esa ocasión cuando fue interrogado si las constantes balaceras provocadas por estos grupos preocupaban a su gobierno.

Cuando el empresario gasolinero asumió el poder en el municipio en 2014, se registraron 21 tomas clandestinas, pero al término del 2016 las ‘ordeñas’ llegaron a 283, un incremento de mil 247 por ciento.

Actuó con la complacencia del morenovallismo

Durante todo el gobierno de Rafael Moreno Valle, Morales Ugalde no fue relacionado con las bandas de huachicoleros, ni siquiera se reconoció de manera oficial qué células operaban en la zona del Triángulo Rojo y fue hasta marzo de este año cuando la Fiscalía General del Estado (FGE) reveló que ‘El Bukanas’ tenía su centro de operación en Palmar de Bravo, específicamente en la comunidad La Encrucijada.

CAMBIO ha documentado cómo ‘Los Bukanas’ –un brazo armado de Los Zetas– crearon toda una red para extraer miles de litros de combustible del poliducto Minatitlán-México en este municipio sin ser molestados. Construyeron casas encima de los tubos, operaron bodegas a una cuadra de la presidencia desde donde sólo bastaba con abrir una llave para sacar ‘oro negro’. Pablo Morales nunca se dio cuenta de ello.

Pobladores de Palmar de Bravo y personas cercanas al político en desgracia, aseguraron a este medio que no sólo Pablo estaba inmiscuido con los huachicoleros sino todos sus funcionarios, además de sus hermanos Rey y Job quienes también poseen franquicias de Pemex en los municipios de Acatzingo, Palmar de Bravo, Tepeaca y Tecamachalco.

El ocaso del edil inició cuando personal de Pemex, Inteligencia Financiera, SAT y agentes de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) intervinieron el 18 de abril pasado en tres de sus gasolineras. Las estaciones E05342, E10561 y E00812 fueron clausuradas un mes después de las auditorías. El primero de junio Pemex confirmó que les rescindió contratos por irregularidades en la compra venta de combustible por lo que les congeló las cuentas.

El 31 de mayo fue la última vez que Pablo Morales se pudo defender ante los medios de comunicación al ser entrevistado cuando asistió al informe trimestral del gobernador Antonio Gali Fayad. ‘Gracias a Dios no los conozco’, dijo en esa ocasión cuando fue interrogado por su presunta complicidad con los huachicoleros de la zona.

Hoy se encuentra recluido en el penal de máxima seguridad Villa Aldama, Veracruz, donde está el Cefereso Número 5 Oriente acusado de operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Tomas clandestinas crecieron 1, 247 % durante su gobierno

En su primer año como alcalde de Palmar de Bravo se registraron 21 ‘ordeñas’ a los ductos de Pemex, pero año tras año fueron creciendo de manera exponencial las operaciones de los huachicoleros. En 2015 fue hurtado en 89 ocasiones el poliducto Minatitlán-México que cruza en la zona, pero para el 2016, el número llegó a 283. Es decir, las tomas clandestinas crecieron en un mil 247 por ciento entre su primer y último año de mandato, según información obtenida con Pemex.

En los primeros cinco meses de este año se registraron 40 ‘ordeñas’ en este municipio que es el epicentro del Triángulo Rojo y en donde más enfrentamientos se han registrado entre Fuerzas Armadas y ladrones de gasolina.

Tan sólo durante el primer semestre de este 2017 se han registrado al menos 13 enfrentamientos sangrientos entre mafias huachicoleras con fuerzas de seguridad estatales o militares dejando un saldo de 29 muertos, 25 heridos y decenas de detenidos, siendo Palmar de Bravo el municipio más violento, ya que aquí se han centrado seis hechos.

Del PRI al PSI

Pablo Morales había sido priista toda su vida hasta en 2013 cuando su partido le negó la candidatura para competir por la alcaldía de Palmar de Bravo, en sucesión de su hermano Eduardo Morales Genes. A pesar que su entonces padrino político, Javier López Zavala intervino por él, no logró competir bajo las siglas del PRI por lo que hizo berrinche y se fue al PSI.

En una candidatura común con Puebla Unida (PAN, PRD, Nueva Alianza y Compromiso por Puebla), el hoy alcalde ligado con la delincuencia organizada logró llegar al poder y desde ahí acumuló una gran fortuna que tan sólo en propiedades, sumó hasta finales del año pasado al menos 56 millones de pesos, tal como lo documentó CAMBIO.

Desde entonces Morales Ugalde formó parte del grupo cercano al morenovallismo.