En su primera visita a Puebla como precandidato a la Presidencia de la República, José Antonio Meade Kuribreña dio a los priistas ‘atole con el dedo’ que les recetan desde hace más de seis años: en Puebla no está negociada la derrota con Rafael Moreno Valle, señaló.
Fue el dirigente del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político (Icadep), Antonio Hernández quien encaró al ex funcionario federal en el templete, pues le pidió no utilizarlos para negociar que el partido pierda en la elección del 2018 en Puebla.
“No nos vayan a negociar, no nos abandonen a medio camino”, le dijo en un tono serio.
Ante ello, el ex funcionario federal –quien en todo momento estuvo resguardado por hombres armados– le ‘siguió la corriente’ y dijo a los tricolores lo que querían escuchar, que no hay una negociación con el grupo en el poder para que continúe un sexenio más, aunque evitó en todo momento criticar al morenovallismo.
Destacó que eligió Puebla –después de Chiapas– como una de las primeras entidades para iniciar su precampaña con el objetivo de demostrar que quiere “recuperar” la entidad después de siete años y medio de gobierno de una coalición que encabeza el PAN.
“Vamos a recuperar Puebla. Les pregunto, ¿sí cuento con su apoyo?”, inquirió a los asistentes.
Meade se va sin criticar a su amigo Moreno Valle
Después, el coordinador de los diputados federales por Puebla, Víctor Manuel Giogana también le exigió a Meade un compromiso para que el PRI vuelva a gobernar la entidad, pues criticó la deuda pública que dejó Moreno Valle a través de los PPS.
"Durante los últimos siete años y medio hemos experimentado marginación, hemos experimentado una deuda pública que hoy se pretende disfrazar en las formas que hicieron los diputados morenovallistas como no deuda pública”, indicó en referencia a los PPS.
Sin embargo, pese a la lista de calamidades morenovallistas mencionadas por Víctor Giorgana, José Antonio Meade prefirió no comprometerse pues sólo daba vueltas en el templete y se reía del discurso.