A primera hora de este miércoles, una ligera pero persistente lluvia sorprendió a los miles de turistas locales, nacionales y extranjeros que llegaron para admirar el arte de los tapetes que están mostrando en Huamantla.
Los artesanos trabajaron más de seis horas en la elaboración de decenas de tapetes de aserrín y flores sobre las calles de Huamantla, esperaron la procesión de la Virgen de La Caridad y justo cuando el carruaje con su imagen salía de la iglesia, los artesanos vieron como la lluvia, registrada esta madrugada, deshizo su obra.
Las calles se convirtieron en pequeños arroyos de colores que arrastraban el aserrín y las flores que los vecinos de este Pueblo Mágico ofrendan cada año a la virgen durante "La Noche que Nadie Duerme"
Aunque la mayoría se destruyó, algunas pudieron libraron los estragos porque estaban sobre calles planas.
Con información: Reforma
Staff / Diario CAMBIO
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