Estos son los temas que exhiben verdaderamente a la clase política. Y es que hasta el momento ninguno de los candidatos a la gubernatura o senadurías se ha manifestado al respecto. Es como si el problema no existiera.
Incluso los candidatos de Morena que se ostentan como representantes de una corriente ‘anti-sistema’ han guardado silencio en este rubro. Debe dejarse constancia de que Miguel Barbosa, Nancy de la Sierra y Alejandro Armenta jamás han tocado el tema de los conflictos sociales que están causando las empresas mexicanas y canadienses en territorio poblano.
Los primeros brotes de resistencia se dieron en la Sierra Negra, concretamente en el municipio de Zoquitlán donde la compañía ‘Minera Autlán’ anunció la construcción de una hidroeléctrica. De inmediato el pueblo se levantó. Pero se alzó sólo, porque sus autoridades municipales ya estaban entregadas en cuerpo y alma a la compañía. Legisladores antorchistas como Lisandro Campos Córdova y Edith Villa Trujillo tampoco dijeron una palabra.
En esa zona sureste del territorio poblano hay una figura que ha acompañado y apoyado la resistencia de las comunidades indígenas. El sacerdote Anastasio Hidalgo Miramón es un religioso que se formó en el Seminario Regional del Sureste (Seresure), un nido en que se moldearon varias generaciones de curas identificados estrechamente con la Teología de la Liberación.
En la década de los setenta en el referido seminario confluyeron figuras como Sergio Méndez Arceo, Arturo Lona Reyes, José Raúl Vera López y por supuesto Don Samuel Ruíz. De todos ellos abrevó el sacerdote Hidalgo Miramón quien en estos últimos años ha tomado un papel de compañero en el movimiento de resistencia indígena.
Hace cerca de un año el prelado Rodrigo Aguilar Martínez, entonces Obispo de Tehuacán y actualmente titular de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, le ordenó a Hidalgo que se abstuviera de involucrarse y acompañar el movimiento de las comunidades serranas. El religioso una y otra vez se negó a abandonar la lucha de los indígenas contra las compañías que buscan depredar los ríos y bosques de la Sierra Negra.
En otro punto de la geografía poblana, en Ixtacamaxtitlán, zona de Zacatlán, una serie de comunidades también se han levantado contra la compañía canadiense ‘Almaden’ que pretende expropiar cientos o miles de hectáreas para la explotación de yacimientos de oro y plata.
Las concesiones entregadas por el gobierno de Peña Nieto a compañías extranjeras regresaron a México de golpe a tiempos de la Colonia.
Lo mismo está sucediendo en distintas partes de la República, pero sólo en Puebla se están organizando las comunidades indígenas; jóvenes que han sido deportados de los Estados Unidos han regresado a sus pequeñas poblaciones y están dispuestos a dar una gran batalla.
La gran mayoría de los medios de comunicación no se han percatado; no se han dado cuenta de que en territorio poblano comunidades enteras se levantan.
Si, efectivamente, de manera paulatina está surgiendo una nueva revolución.
Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.