Miercoles, 24 de Abril del 2024
Indicador Político

A Pablo Marentes y a la memoria de su hijo asesinado de manera vil

El principal problema de las propuestas del presidente electo López Obrador sobre seguridad no radica sólo en no saber lo que se quiere, sino en cómo se va a llegar a donde no se sabe. Y se agrava cuando el debate al interior del lopezobradorismo no se da en la lucha autoridad-criminales, sino entre los radicales que quieren disolver al Ejército y un López Obrador indeciso que un día dice que no y otro que sí.

La boda de César Yáñez -resumida en el reportaje de la revista Hola- ha tenido tres efectos en la imagen de gobierno del presidente electo López Obrador:

En febrero del 2015 el INE inició un litigio contra el columnista Carlos Ramírez y su columna Indicador Político concluyendo con una multa y una amonestación por haber ejercido la libertad de opinión. La sala superior del Tribunal Electoral Federal anuló el castigo del INE, pero dejó abierta la necesidad de corregir el reglamento de elecciones para evitar la coerción legal contra la libertad de prensa.

Lo único que está claro es que la intentona de Morena por apropiarse de la gubernatura de Puebla nada tiene que ver con el veleidoso ex priista Miguel Barbosa, sino con el objetivo de Andrés Manuel López Obrador de convertir a su partido-movimiento en el PRI de los próximos 30 años.

Aun en el supuesto caso de que efectivos militares hayan actuado en el 68 como dicen las acusaciones más radicales, el hecho real fue que las fuerzas armadas nunca decidieron/operaron por sí mismas y siempre lo hicieron obedeciendo institucionalmente instrucciones superiores civiles.

A 50 años de distancia del movimiento estudiantil del 22 de julio al 4 de diciembre de 1968 sólo existe una certeza: los responsables de la crisis de violencia institucional fueron el sistema político, el régimen de gobierno y el Estado constitucional.

Todos los recuerdos, efemérides y convocatorias del movimiento estudiantil del 68 han parcializado a sus héroes civiles. Y una de las figuras emblemáticas que encaró al presidente Gustavo Díaz Ordaz el 3 de octubre, el poeta Octavio Paz, ha sido de nueva cuenta desdeñada.

El Porfirio Muñoz Ledo que presidirá mañana 2 de octubre de 2018 la ceremonia de recordatorio del Movimiento Estudiantil del 68 es el mismo Porfirio Muñoz Ledo que justificó la represión y apoyó incondicionalmente al presidente Díaz Ordaz por Tlatelolco.

Abrumados por el descubrimiento de su potencialidad revolucionaria, los estudiantes del movimiento del 68 ganaron las calles con gritos por la libertad, contra el autoritarismo y por la revolución. Sólo una voz no atendida fijó la realidad: las revoluciones las hacen los proletarios, no los estudiantes.

A la vuelta de 50 años, la gran pregunta no respondida sobre el 68 estudiantil se puede plantear así: ¿por qué el rector Javier Barros Sierra, priista, lideró la protesta juvenil? Es cierto que el ingreso de fuerzas de seguridad en instalaciones universitarias y el ‘bazucazo’ a la Prepa 1 fueron un exceso, pero la política es la administración de las desproporciones.

El movimiento estudiantil del 68 se ha convertido en un mito genial: mientras sobrevivientes y disidentes priistas en el poder quieren convertirlo en el factor de alternancias electorales, la realidad indica que el sistema político priista logró autorreformarse para sobrevivir a pesar del 68.

Luego de un litigio del Instituto Nacional Electoral contra la columna Indicador Político y su redactor Carlos Ramírez iniciado en febrero de 2015, finalmente el pasado 19 de septiembre de este año la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revocó el dictamen del INE que multaba al autor por incumplir con el reglamento de elecciones en materia de encuestas.

Como candidato en campaña -¿qué, perdón, en campaña o presidente electo en funciones adelantadas?-, Andrés Manuel López Obrador aplica su modelo del ‘pez rojo’ de la distracción: elude el tema en el que se enreda y ataca para que el debate se vaya a sus críticos y no a sus contradicciones.

Acapulco, Gro.- La celebración de las fiestas patrias en zonas controladas por el crimen organizado mostró dos indicios: algunas sociedades locales lamentablemente han decidido convivir con la delincuencia y ajustar su día a día a esas circunstancias, y la estrategia de seguridad de López Obrador se ha olvidado de la problemática particular de cada plaza contaminada.

Cuentan las leyendas urbanas del viejo priismo en sus versiones populista y neoliberal que todo presidente saliente le entregaba al presidente entrante tres sobres; cada uno debía abrirse en situaciones de crisis. El primero decía: “Échame a la culpa”; si persistía la crisis, el segundo proponía: “Cambia tu gabinete”; y si los problemas continuaban, el tercero aconsejaba: “Escribe tus tres sobres”.