Como decía el finado conductor Raúl Velazco, “aún hay más”.
Y no hay la menor duda.
No hemos visto todo, y mucho menos en anteriores campañas habíamos experimentado lo que hoy está a la vista, asesinatos, control de expresión, desaparecidos, arrebatos, abusos exacerbados de unos cuantos, guerras (afortunadamente) de palabras.
A la escena llegan nuevas generaciones y ponen en juego sus talentos.
Se ha profundizado en la innovación de las estrategias políticas.
Las redes sociales están hasta en los ‘cuartos de guerra’.
Y ante todo, los valores humanos se han aplastado y pulverizado, hasta perder el decoro, el respeto, la prudencia, el valor.
Todo lo mueve la necesidad por el poder para servirse de este que vuelve a las personas insaciables frente a las necesidades ingentes de los más.
A 52 días de las elecciones aún falta mucho por ver, y en esta tesitura ojalá lo que veamos sean propuestas, estrategias del cómo le van a hacer y a lo que están dispuestos para acabar con todo los rezagos que acumula nuestro país por el que se ha convertido en una fábrica de pobres y colateralmente ha permitido que unos cuantos acrecienten sus fortunas que no en todos los casos están para generar riqueza y oportunidades a través de inversiones productivas.
Como dice la gran Cristina Pacheco, “aquí nos tocó vivir” y no todos tienen la oportunidad de buscar mejores condiciones y seguridad para vivir fuera de nuestro bendito y noble país.
Lo reprochable en este momento es que voluntaria e involuntariamente se han tomado una serie de decisiones, sobre todo en política económica, que van aumentando el peso de la crisis que agota las fuerzas y hasta la posibilidad de salir delante de millones de mexicanos que trabajan, se esfuerzan, le ponen ganas, y pareciera que su patrimonio y proyecto de futuro se lo arrebatan de las manos unos cuantos que toman las decisiones en esta nación.
¿Qué nos faltaría por ver y sortear?
¡Hasta cuándo verdaderamente van a pensar en nosotros?
¡Ya es hora!
La hora de los más.