A dos días de que lleguen a su fin las campañas.

 

¡Puf, al fin!

 

A cinco días de la gran elección  -que como todas- resulta histórica.

 

¿Qué nos tocará vivir, presenciar y ver?

 

Nosotros tenemos la palabra.

 

Y cabe la recomendación ¡prohibido dejarse acelerar!

 

Sea cual sea el resultado, o los resultados –en plural‒ es hora de demostrar el crecimiento y la madurez que tenemos el pueblo de México.

 

La recomendación es precisa: no hacer caso a una serie de sandeces que se repiten y reproducen por las redes sociales con el afán de asustar a los electores y hasta alejarlos de las urnas.

 

En medio de este ambiente, los mexicanos tenemos que dar muestra de que ya crecimos y que hemos evolucionado política y culturalmente, como para arrojar al basurero con decisión todas las cadenas que se

extienden por las redes sociales  a través de las cuales nos quieren seguir tratando como una sociedad de idiotas, silvestres, ignorantes.

 

Aquí sí vale el grito de ¡fuera! ¡fuera! porque los autores sólo buscan engendrar un movimiento de desestabilización, confusión y encender las pasiones.

 

Esto a nadie conviene, si nos remontamos a capítulos de la historia en los que se ha vivido este ambiente ‒desde luego sin redes‒ tras lo cual hemos quedado muy mal parados, como idiotas.

 

Y lo preocupante para el país y la sociedad es que nos han dividido y  polarizado, revolviendo las aguas para beneficio de unos cuantos que son los autores de estos movimientos.

 

Hágame usted favor, “que la virgen de Guadalupe llora porque en México prosperó la ley para la interrupción del embarazo. Llanto sobre el que deberíamos de reflexionar antes de acudir a emitir nuestro voto”.

 

Se trata de un tema fuera de lugar manipulado.

 

 Y no porque esté a favor del aborto, sino porque no se vale lucrar políticamente con la ignorancia de un pueblo que quiere avanzar y vivir en paz.

 

Por lo que las cadenas más bien deberían promoverse en favor del ejercicio del voto y el respeto a la dignidad y decisión libre de cada votante.

 

¡Nos vemos en las casillas! Para votar, contar y cuidar el voto, como ciudadanos de primera y comprometidos.