Y es que a ese sector de la población preocupa la despenalización de la interrupción del embarazo y no se molestan en replantearse el hecho por el que una mujer llega a la decisión de someterse a la interrupción de un embarazo.

El fantasma tiene muchas cabezas.

La formación en el hogar, en la familia.

Los valores con los que son educados tanto hombres como mujeres.

Y hoy en una carrera por satisfacer lo material, a los hijos se les sacrifican horas de atención, de amor, comprensión, no se interactúa con ellos por esa falta de tiempo. Los padres y en el caso de las mujeres solas, o los hombres solos llegan a convertirse en personajes ajenos a la criatura, no se solidarizan con sus problemas y retos que enfrentan desde los primeros años cuando comienzan a socializar.

Por lo que hay que tener en cuenta que el aborto es la decisión final y para prevenir el embarazo hay que poner en juego todo un esquema de vida, con reglas, con principios, y ante todo, establecer la comunicación en los amplios o reducidos espacios de acercamiento de los padres con los hijos, ya sean varones o niñas.

Y tanto asesinato

Lo que se cree que piensa y tiene en mente el señor López Obrador preocupa, sin embargo nos erigimos ajenos a lo que estamos viviendo, producto de la cultura de la muerte a la que ya no se le teme.

Tan sólo este fin de semana pasado en Puebla se sumaron 10 asesinatos.

Y sobre estos 10 asesinatos llegamos a la conclusión de que son producto de gente que ‘anda’ metida en situaciones turbias.

¡Se lo buscaron!

Cada uno puede tener una reflexión sobre el tema, un juicio ligero, superficial, pero también hay que tener en cuenta que cada uno debe de asumir la responsabilidad de su tiempo, porque hoy si las autoridades no pueden con el paquete, también hay que revisar que cada uno tiene una responsabilidad que debe de sumar en colectivo para que el rumbo de los hechos que estamos viviendo cambie su curso y obligue a las autoridades a ir al fondo para retomar el orden y recuperar la paz que perdimos y sobre lo que ya se habla en Estados Unidos, Canadá y Alemania, países que ya ‘boletinan’ a nuestra nación como peligrosa y de riesgo.