La declaración del secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, Manuel Alonso García, así como cayó muy mal y fue considerada como “desafortunada” cuando advirtió que el uso de gas pimienta recomendado para paralizar a un atacante podría poner en riesgo ante la ley a quien lo utilizara e incluso podría ser detenido, hay que reconocer lo bien que fue recibida la noticia de Lolita Dib Álvarez como nueva gerente del Centro Histórico, designación hecha por el alcalde Luis Banck hace tres días, sobre la cual se siguen externando los mejores comentarios y reconocimiento a la intachable trayectoria profesional de la arquitecta jubilada por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep).
Sobre el caso del responsable de la seguridad, ‒que dicho sea de paso, sigue sin controlarla porque los delincuentes mantienen de rodillas a los poblanos‒ el gobernador Tony Gali ya tuvo a bien enmendarle la plana al funcionario municipal con su propuesta de iniciativa de reforma al artículo 179 del Código Penal del Estado de Puebla.
Con esta reforma el mandatario propone la despenalización de quien en defensa active el dispositivo con gas pimienta sobre un atacante.
En la misma reforma propone autorizar el uso de sustancias químicas como arma de defensa personal y permitir el uso de instrumentos de electroshock.
Así quedará autorizada la portación de instrumentos que contengan hasta 150 gramos de sustancias, no más, para asegurar que el efecto paralizante sea controlable.
Por lo que respecta a las pistolas y dispositivos paralizantes también debe de tratarse de efectos pasajeros.
En todo momento el aprovechamiento de estos instrumentos se ha manejado como exclusivo para las mujeres en caso de ser atacadas, pero hay que reconocer que por igual hay varones que los portan para repeler un asalto y complicaciones que ponen en riesgo su patrimonio y su vida.
Ahora sólo queda que los señores diputados se apresuren para aprobar la propuesta del gobernador, conscientes de que con estos artefactos no vamos a solucionar el problema de la inseguridad en Puebla que es latente y sigue aumentando.