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Jueves, 14 Junio 2018 03:14

Antes de la elección Anaya puede ir a la cárcel

Antes de la elección Anaya puede ir a la cárcel Escrito Por :   Arturo Rueda

En estos días de distracción futbolera que se avecinan, nadie podrá darse por sorprendido si la PGR a través de la Siedo detiene a un muchacho de Querétaro muy ambicioso, que traicionó y traicionó, y soñaba con ser presidente. En el PAN, sin embargo, se frotan las manos porque entonces tendrán una víctima. En la cárcel, pero víctima


 

Comenzó como broma, pero ahora corre el run run con insistencia: Ricardo Anaya tendrá su cierre de campaña en la PGR. En un país de cínicos, algo raro pasó: el encono contra Canallín pasó del plano político al personal, y la exasperación ya vive en los cuarteles de sus rivales. En el PRI, por la amenaza abierta de enviar a Peña Nieto a la cárcel. Y en Morena, por su intransigencia en perseguir a López Obrador pese a su desventaja en las encuestas.

 

El gesto al terminar el tercer debate, ya fuera de cámaras, lo define todo: el tabasqueño rodea la mesa para despedirse de los demás candidatos y los moderadores, pero pasa de largo a Ricardo Anaya que lo mira entre desesperanzado y satisfecho. Ese encono personal se extendió en el tiempo: según Julio Di Bella, uno de los acompañantes de Meade, un hijo de López Obrador le gritó cerdo al panista cuando se cruzaron en el aeropuerto de Mérida para regresar a CDMX.

 

No es para menos. En el tercer debate presidencial, Anaya logró lo que no había alcanzado en 12 años: vincular a López Obrador con un acto de corrupción concreto al exhibir la entrega de contratos por asignación directa a un tal ingeniero Riobóo por 170 millones de pesos cuando era jefe de Gobierno. Ante las cámaras, el tabasqueño lo negó y fue encerrado por Anaya cuando quería salirse con su ‘chistorete’ de que es ‘peje pero no lagarto’. Pero todo está documentado, el trato benefactor al constructor favorito del tabasqueño.

 

El dicho de Anaya se convirtió en un vendaval ayer cuando la iniciativa Verificado.Mx confirmó que, en efecto, López Obrador entregó esos contratos por asignación directa. Los anti AMLO lanzaron una ofensiva en redes sociales para difundir que tan honesto, honesto, no es y los fanáticos pejezombis la emplearon para justificar que Peña, Moreno Valle y todos lo demás hacían lo mismo, pero en montos mayores.

 

Ante el vendaval, el tabasqueño tuvo que reconocer lo que había negado en el debate: sí entregó los contratos por asignación directa porque se decidió —no dijo quién o qué instancia— era el mejor estructuralista. “Sí, la empresa de Riobóo tuvo al inicio (contratos) para tener el proyecto de construcción del segundo piso (...) y fue auditado varias veces. (José María) Riobóo es uno de los mejores estructuristas de México y el mundo, él fue el que hizo todo el proyecto de la estructura de la cimentación de los segundos pisos”, indicó López Obrador ayer tras mitin en Ticul, Yucatán.

 

La primera adjudicación directa, y la más cuantiosa, fue otorgada a Riobóo SA de CV en febrero de 2002 por un total de 161 millones 923 mil pesos. El objeto del contrato fue la realización del “proyecto vial y estudios de impacto ambiental, urbano y vial, y el proyecto ejecutivo completo para la construcción de las vías rápidas de la Ciudad de México”.

 

La segunda adjudicación directa fue en octubre de 2004, por 933 mil 833 pesos, y el objeto del contrato es la “dirección responsable de obra”. Menos de un año después, en agosto de 2015, Riobóo SA de CV recibió otra adjudicación directa por ocho millones 28 mil pesos, para elaborar estudios y proyectos sobre las obras en los deprimidos de Tacubaya, Observatorio, Constituyentes, Acueducto Lomas y Prado Sur. Tres meses más tarde, en noviembre de ese mismo año, Riobóo SA de CV fue beneficiada con otra adjudicación por 934 mil pesos.

 

Estas adjudicaciones directas, por supuesto, violan la Ley de Adquisiciones en sus procedimientos y excepciones para licitar. No había urgencia, un proveedor único, y el monto excede por mucho los tabuladores. Si no es, se parece mucho a un acto de corrupción por más que se haya bautizado de legalidad.

 

Fue el golpe correcto en el momento equivocado. Hoy arranca el Mundial Rusia 2018, y las glorias y sinsabores que nos recorren cada cuatro años van a ocupar nuestras mentes de aquí hasta que México sea eliminado y luego, cuando Alemania ratifique su título conseguido en Brasil o haya un nuevo campeón.

 

En estos días de distracción futbolera que se avecinan, nadie podrá darse por sorprendido si la PGR, a través de la Siedo, detiene a un muchacho de Querétaro muy ambicioso, que traicionó y traicionó, y soñaba con ser presidente. En el PAN, sin embargo, se frotan las manos porque entonces tendrán una víctima. En la cárcel, pero víctima.

 

*** La traición nunca paga. Julen Lopetegui, previo al arranque del Mundial, había sido renovado como técnico de la Roja hasta 2020. Con un equipo en renovación, invicto en 20 partidos, se pensaba de forma optimista que podía hacer un buen Mundial. Inexplicablemente, a espaldas de la Federación Española, se contrató con el Real Madrid para convertirse en su técnico luego de Rusia.

 

Es un esperpento. La Federación inmediatamente lo echó a patadas. Tipo tan imbécil. Todo indica que el Mundial se nos acabó. Sufro.

 

 

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