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Martes, 10 Julio 2018 02:42

No sé a usted, pero esto a mí me suena a patraña

No sé a usted, pero esto a mí me suena a patraña Escrito Por :   Arturo Rueda

Si los paquetes electorales desaparecieron misteriosamente esas 48 horas, ¿qué ocurrió con los representantes de Morena-PT-PES en ese plazo? ¿Fueron abducidos por los extraterrestres? ¿Les aplicaron el hechizo de petrifucus totalus de Harry Potter? ¿Fueron cooptados por los morenovallistas? ¿Cómplices activos o pasivos del robo?


 

Entre la ajustada victoria electoral de 4 puntos y la difundida versión del “fraude electoral”, a Martha Erika Alonso le han expropiado el bono democrático que merece a todo arranque de gobierno. En 2010, la sed de venganza de los poblanos contra el marinismo le dio un amplio margen de movimiento a Rafael Moreno Valle, y en 2016 la ventaja de Antonio Gali sobre Blanca Alcalá de 10 puntos le otorgó la legitimidad necesaria para su breve periodo.

 

En esta ocasión no ocurrirá así. Aunque no tiene ningún tipo de fundamento la teoría del fraude, ha sido aceptada por muchos poblanos que creen que el morenovallismo ganó a la mala. Y no tiene fundamento porque, así como la explicó ayer Luis Miguel Barbosa en su enésima conferencia de prensa para hablar del tema, resulta que hasta los representantes de casilla de Morena-PES-PT son culpables por acción u omisión.

 

¿Cómo?

 

Según el ex candidato, el “fraude” se maquiló de esta forma:

 

Una vez finalizados los conteos en las casillas, los paquetes electorales que contenían boletas y actas de resultados sufrieron una “desaparición” misteriosa en su traslado al Consejo Distrital. Una “desaparición” que duró hasta 48 horas, tiempo en el cual los sobres fueron llevados a los “laboratorios” de material electoral.

 

¿Qué ocurrió ahí?

 

En esos laboratorios los morenovallistas procedieron a la alteración de las actas que fueron falsificadas, calcadas y rellenadas con nuevos datos que favorecían a Martha Erika Alonso y perjudicaban al candidato de Morena. Incluso se habrían insertado boletas clonadas para adecuar los resultados de las actas.

 

Después de esa alteración, los paquetes electorales continuaron su tránsito a los consejos distritales para su conteo. Pero como ya se habían modificado las cifras, se consumó la derrota en la elección a la gubernatura y sólo en la elección a la gubernatura.

 

Esta narrativa ataca a los representantes de casilla de la coalición Juntos Haremos Historia como primera línea de defensa del voto. ¿Qué papel jugaron esos representantes de Morena, PT y PES en las casillas, encargados de vigilar el recuento, firmar las actas y después acompañar la entrega de los paquetes al Consejo Distrital junto con los funcionarios de casilla?

 

Si los paquetes electorales desaparecieron misteriosamente esas 48 horas, ¿qué ocurrió con los representantes de Morena-PT-PES en ese plazo? ¿Fueron abducidos por los extraterrestres? ¿Les aplicaron el hechizo de petrificus totalus de Harry Potter? ¿Fueron cooptados por los morenovallistas? ¿Cómplices activos o pasivos del robo?

 

Hablamos, por supuesto, de tres representantes por casilla por cada una de las 7 mil 500 casillas. Según la narrativa, más de 21 mil simpatizantes de López Obrador y de la Cuarta Transformación decidieron mirar para otro lado cuando las actas eran falsificadas y los paquetes, rellenados. ¿Increíble?

 

Todavía es peor: si las actas fueron falsificadas, calcadas y rellenadas con nuevos datos, evidentemente se requería la firma autógrafa no sólo de los representantes de Morena-PT-PES, sino de todos los funcionarios de casilla y los representantes de los demás partidos, incluido por supuesto el PRI.

 

¿Qué hicieron entonces los representantes de casilla de Morena? ¿Vendieron su firma después de que aceptaron fingir demencia durante el periodo en el que las actas fueron supuestamente clonadas?

 

Así pues, la versión del fraude electoral, en primera instancia, es agraviante contra los representantes de casilla de Morena-PES-PT. Es a los primeros que crucifica y no sugiere, sino señala, que se vendieron. O fueron cómplices de alguna manera, por activa o por pasiva.

 

¿Qué pasó realmente? ¿Por qué nunca han mostrado, por ejemplo, las actas originales contra las alteradas?

 

No sé a usted, pero esto a mí me suena a patraña. Si se busca un fraude, no está ahí, aunque mañana hablaremos de los episodios de violencia en las casillas en las dos últimas horas de la jornada electoral.

 

 

 

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