Moreno Valle ha terminado de construir las fortalezas que, ante la incertidumbre de lo que le traiga el triunfo de López Obrador en la elección presidencial, sean capaces de detener un golpe de la fortuna: la candidatura plurinominal al Senado en el lugar seis de la lista nacional le da acceso a la Cámara Alta sin problemas. Por una parte, garantiza el anhelado fuero constitucional para frenar una persecución y por la otra le garantiza plataforma para volver a buscar la candidatura presidencial en 2024.

 

Pese a las mutuas desconfianzas, Ricardo Anaya le cumplió a Moreno Valle al incorporarlo a la lista plurinominal en un lugar de privilegio, incluso antes que a su operador Marko Cortés. De acuerdo con los cálculos más pesimistas, entrarían ocho de la lista y 12 en los cálculos más optimistas. Al ocupar el lugar seis, su ingreso es seguro, con lo que tendrá la posibilidad de pelear la coordinación del grupo parlamentario, asumir la Presidencia del Senado o incluso presidir una comisión importante.

 

En el esquema defensivo, la senaduría de Rafael y la candidatura de Martha Erika Alonso a la gubernatura son tan importantes la una como la otra. Pero si su esposa lograra la gubernatura, la posición defensiva ante AMLO podría convertirse en una de ofensiva. Con Moreno Valle senador y Alonso gobernadora, ese matrimonio se convertiría en uno de los más poderosos e influyentes del país.

 

La fórmula parece de ensueño. Rafael influyendo en las grandes decisiones desde la Cámara Alta. Desde reformas legales de gran calado hasta las designaciones del Banco de México, el SAT, la Fiscalía General de la Nación, magistrados electorales federales y locales, el presupuesto y hasta en tratados internacionales como la importantísima renegociación del TLC. La primera vez que estuvo en el Senado fue aburrido porque dedicaba toda su energía a buscar la gubernatura de Puebla. ¿Pero ahora?

 

Pues ahora volverá a buscar la candidatura presidencial del PAN. Y aunque al final de las precampañas parece que Ricardo Anaya es el finalista que competirá al puntero López Obrador, en realidad es una ficción como bien apuntó ayer Carlos Loret de Mola en su columna. Se trata de un falso segundo lugar porque en cuanto Margarita Zavala aparezca en medios una vez que se confirme su candidatura presidencial independiente, volverá a comerle al panista lo que avanzó en estas semanas.

 

Meade está condenado a perder por culpa de su mala candidatura y de Peña Nieto, pero Anaya también por la ruptura con Margarita Zavala quien le roba los votos panistas que necesita para alcanzar al tabasqueño y trata de provocar una final de photo finish. Con tantas fracturas en el ‘PRIAN’, López Obrador seguirá gozando de su sólida ventaja.

 

Ya que tiene seguro su ingreso al Senado, ahora Moreno Valle vuelve a su auténtico juego: que Anaya pierda. Por eso no sorprende que envíe una fórmula tan débil a la Cámara Alta por Puebla. Nadia Navarro y Mario Riestra no le sumarán ni un voto a Anaya y probablemente terminen en primer lugar. La primera porque es una auténtica desconocida y el segundo porque perfiló una candidatura por la capital, no por el estado. Carece de estructura estatal.

 

Con esa fórmula tan débil, parece que Moreno Valle quiere hacerle un favor a su amigo Osorio Chong: que Lastiri pueda arribar al Senado una vez que el hidalguense llegue ahí y necesite votos para adueñarse de la fracción parlamentaria. Si como parece ser la fórmula Armenta-Nancy es imparable, lo mejor ahora para el ex gobernador es no sumarle votos al queretano, por lo que ha elegido una fórmula muy, muy débil.  

 

Si Anaya pierde, él podrá tratar de pelear el control del CEN panista, ya sea buscando directamente la dirigencia nacional o aliándose a los gobernadores para detener el protagonismo de Javier Corral.

 

Y si Martha Erika gana la gubernatura, del gobierno de Puebla saldrá el dinero para aceitar estructuras nacionales. Mejor, imposible. Así el reino de los Moreno Valle nunca tendrá fin.