Una lógica simple explica el ‘mimiquis’ de ‘Memo Del Hoyo’ a lo largo del fin de semana en el que protagonizó el enésimo ridiculazo de su “juvenil” carrera política. De su candidatura fardo lo único que vale son las dos primeras regidurías de su planilla, ya que con el bajísimo porcentaje de votación que tiene en las encuestas -ni siquiera llega a los dos dígitos-, la única aportación que hará el PRI al próximo gobierno municipal será, a lo más, dos regidores.

‘Memo del Hoyo’ no tiene otra cosa que aportar. Las últimas encuestas revelan que apenas tiene 9 por ciento de intención de voto, pues la contienda se polariza entre Claudia Rivera Vivanco y el ex edil Lalo Rivera. De uno de ellos saldrá el próximo presidente municipal que, además, tendrá opción de reelegirse.

No se equivocó Martha Erika Alonso cuando pidió a Lalo Rivera como su candidato a la alcaldía e impuso su criterio pese a la cacería que el morenovallismo había lanzado en su contra. A esta altura de la campaña, Lalo apenas resiste la ola lopezobradorista en Puebla Capital gracias a su nivel de conocimiento -se ve beneficiado de haberse desempeñado previamente como alcalde- y de las opiniones positivas que dejó durante sus tres años de trabajo pese a la campaña de lodo que le lanzaron.

Pero ni siquiera eso parece suficiente ante el tsunami. La semana pasada. en #JuegodeTroles, el encuestador ‘Pepe’ Zenteno reveló que Claudia Rivera Vivanco, aunque apenas tiene una identificación de nombre del 5 por ciento, puede ganar la alcaldía. Sin embargo, evitó dar cifras concretas de los sondeos realizados por Mas Data, de tal forma que no hay encuestas públicas al respecto.

Es cierto que a Claudia nadie la conoce y a Lalo todos lo conocen, pero ese desbalance no impacta en las encuestas porque Morena es el partido con más simpatías en Puebla Capital. Da igual entonces que a Rivera Vivanco nadie la identifique, basta que marquen Morena en la boleta.

En ese escenario de polarización uno pensaría que ‘Memo del Hoyo’ tendría trazada una estrategia para distinguirse y poder construir una carrera de tercios en la que pueda sumarle votos a Enrique Doger. Pero la verdad es que al eterno juvenil tricolor sólo se le ocurren babosadas como “el de los tenis rojos” que causan risa, o montarse en el apellido ilustre de su papá cuando las nuevas generaciones y votantes no tienen idea de quién fue Urbano Deloya.

Sin estrategia para distinguirse, sin enarbolar un discurso crítico contra el panismo, sin reuniones de más de 13 personas, a ‘Memito’ sólo le quedaba algo: tratar de ganar perdiendo imponiendo a dos o tres regidores en las primeras posiciones. No pudo combatir la jerarquía de Silvia Tanús, por lo que concentró su ‘mimiquis’ en Édgar Chumacero y Leobardo Soto, gritando a los cuatro vientos que prefería renunciar a su candidatura antes de ver esos nombres en la planilla.

El ‘mimiquis’ de ‘Del Hoyo’ duró sólo un fin de semana. La delegada Scherman, después de consultar el asunto en el CEN tricolor, recibió ‘luz verde’ para la sustitución de candidato. El nombre del sustituto era lo de menos, pues de por sí ya nadie lo podía hacer peor que tener apenas 9 por ciento en las encuestas. El mismo domingo del registro, antes de la hora prevista, a ‘Del Hoyo’ se le notificó que el CEN había autorizado la sustitución del candidato porque el PRI no aceptaba chantajes de nadie.

Lívido, sin el respaldo de nadie en el PRI poblano, ‘Del Hoyo’ reculó y dijo que siempre sí, que estaba bien Silvia Tanús, Chumacero y a quien quieran colocar en la posición tres. Que al final sí se había acelerado pero que todo cool. Doger convenció a la delegada de dejar a ‘Memito’ en la candidatura pues nadie la iba a agarrar en esas condiciones. Ni siquiera Rosita la de la Resurrección.

Al final, ‘Del Hoyo’ se tragó el ridiculazo. No pudo convencer a nadie y sólo acabó confirmando que es el fardo que carga Enrique Doger. Una carga muy pesada porque no tiene cómo meterse en la disputa entre Lalo y Claudia, por lo que al PRI le irá bien si mantiene el tercer lugar y no se lo arrebata Víctor Gabriel Chedraui.

La historia de la campaña, al fin y al cabo, es cómo Deloya terminó convertido en ‘Memo del Hoyo’.