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Martes, 03 Abril 2018 03:59

Esta es la razón por la que Meade y Anaya no alcanzarán a AMLO

Esta es la razón por la que Meade y Anaya no alcanzarán a AMLO Escrito Por :   Arturo Rueda

López Obrador capitaliza solo el antisistema. No sólo por el hartazgo por la corrupción de Peña Nieto y sus escándalos, sino también la indignación por la inseguridad y la falta de oportunidades. Ni Anaya, ni Meade ni Margarita Zavala pueden posicionarse en ese electorado mayoritario, porque al final los tres representan la continuidad del modelo ‘PRIAN’. Este simple razonamiento explica la ventaja de 18 puntos del tabasqueño y la imposibilidad de que se modifiquen las tendencias en tres meses


Con una ventaja de entre 18 y 14 puntos según las encuestas más recientes y con tres meses por delante de campaña, para que Andrés Manuel López Obrador fuera derrotado en las elecciones presidenciales, tendría que perder 3 puntos porcentuales al mes por lo menos, y que alguno de sus rivales Meade o Anaya subiera esos 3 mismos puntos cada mes. Es la única forma para que las tendencias se cruzaran. Entonces, unos de los candidatos del ‘PRIAN’ llegarían en empate para ‘llevarse’ la elección con una diferencia menor al 1 por ciento de los votos como ocurrió en 2006.

 

Nada es imposible y menos en las elecciones, pero ese cruce de tendencias no tiene paralelo en los últimos comicios presidenciales porque nadie había arrancado con tal ventaja en la transición democrática. En el 2000 Francisco Labastida arrancó con delantera de 8 puntos, pero la fuerza del Cambio ‘desinfló’ la maquinaria tricolor, por lo que Fox ganó con 6 de ventaja. Es decir, la modificación de correlación de fuerzas fue de 14 puntos.

 

En 2006 la modificación de fuerzas fue de 10 puntos, los mismos que tenia López Obrador y se fueron diluyendo lentamente en los meses de campaña para que al final Felipe Calderón terminara ganando Los Pinos por .25 por ciento de los votos.

 

En la campaña electoral 2012 las encuestadoras se dedicaron a ‘inflar’ a Peña Nieto, a quien daban una ventaja de entre 12 y 17 puntos para hacer creer que la elección estaba resuelta a favor del mexiquense. Fue el año del gran ridículo de los encuestadores como mecanismo de propaganda, porque al final Peña triunfó con menos de 7 puntos. Si les creemos a esos sondeos, las cifras se movieron entre 10 y 5 puntos en la campaña, aunque es probable que sólo se hayan movido entre 4 y 6: el mexiquense bajó un poquito y el tabasqueño subió otro poquito.

 

Ahora, Anaya y Meade tiene una tarea titánica: mover las preferencias electorales entre 18 y 14 puntos. Ese rango menor ocurrió en el 2000 con el ‘tsunami’ del cambio, pero el rango mayor presentado ayer por Parametría es algo jamás ocurrido en la historia electoral reciente.

 

Los expertos electorales calculaban a un finalista para enfrentar a López Obrador, pero llegó el arranque oficial de la campaña y Anaya y Meade sigue entrampados en el segundo lugar. Ahora esos mismos expertos ven la posibilidad de que ocurra un escenario inédito: que el tabasqueño gane holgadamente sin tener un solo finalista, sino que los candidatos del PRI y del PAN se queden atascados en su batalla por el segundo lugar.

 

El escenario es posible y factible pues en tres meses ninguno logró modificar las tendencias electorales. A lo más, con el apoyo de la PGR y varios medios, el tricolor logró frenar el crecimiento de Anaya sin que eso se tradujera en el vaso comunicante del crecimiento de Meade.

 

López Obrador capitaliza solo el antisistema. No sólo por el hartazgo por la corrupción de Peña Nieto y sus escándalos, sino también la indignación por la inseguridad y la falta de oportunidades. Ni Anaya, ni Meade ni Margarita Zavala pueden posicionarse en ese electorado mayoritario porque al final los tres representan la continuidad del modelo ‘PRIAN’. Este simple razonamiento explica la ventaja de 18 puntos del tabasqueño y la imposibilidad de que se modifiquen las tendencias en tres meses.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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