Sábado, 20 de Abril del 2024
Viernes, 06 Abril 2018 03:24

Fracasó Anaya en su primera gira presidencial a Puebla

Fracasó Anaya en su primera gira presidencial a Puebla Escrito Por :   Arturo Rueda

Pero la movilización raquítica puede tener una explicación más sencilla: en las últimas dos semanas Ricardo Anaya cayó por lo menos 7 puntos de intención de voto como consecuencia de la efectiva ‘guerra sucia’ tricolor por las acusaciones de lavado de dinero que nunca pudieron ser respondidas con precisión. ¿A quién le interesa ir a ver a un candidato presidencial vapuleado y en picada? Pues a nadie


Músculo a músculo, en un juego de fuercitas, el morenovallismo quedó exhibido en su debilidad, pues no logró ni siquiera juntar 3 mil poblanos a Ricardo Anaya en su primera gira a Puebla como candidato presidencial, mientras que Andrés Manuel López Obrador reunió 7 mil poblanos en cada uno de sus mítines a lo largo de cinco días de precampaña.

 

Si la instrucción es regatearle los apoyos al queretano y que esto sea evidente para todos, lograron su objetivo. Los 300 jóvenes en el Hotel Intercontinental y los dos mil en Amozoc reunidos por Mario Rincón no exhibieron ni músculo ni capacidad de movilización, sino todo lo contrario: debilidad. Si ese era el mensaje, Anaya debe ya tener los datos para entender que el morenovallismo no está empujando con toda su potencia.

 

La hipótesis se sostiene porque el candidato más hiperactivo hasta el momento, Mario Riestra, se ausentó de la gira presidencial para continuar su agenda propia con varios mítines en el interior del estado, lo que dejó contagiado a Anaya de la debilidad intrínseca de Nadia Navarro, pues a Martha Erika Alonso ni a Lalo Rivera les interesaba aportar a la movilización dado que ellos todavía no están en campaña.

 

La versión extraoficial para justificar su ausencia fue que la fórmula Navarro-Riestra se repartió la presencia de Anaya, y mientras a Nadia le dieron Puebla Capital y Amozoc, Mario tendrá la presencia en Tehuacán, Zacatlán y Huachinango. Y esto, en teoría, lo habrían hecho para no acumular topes de campaña.

 

Pero tampoco estuvo Jorge Aguilar Chedraui, el segundo candidato más hiperactivo, que con sus brigadas de hasta 100 jóvenes en cada crucero del Distrito 9 seguramente habría llenado hasta el tope cualquier evento. En su lugar, apareció la atribulada Roxana Luna, enemiga hasta hace poco de los panistas y a quien los reclamos por su traición la hacen lucir incómoda en cualquier evento.

 

Pero la movilización raquítica puede tener una explicación más sencilla: en las últimas dos semanas Ricardo Anaya cayó por lo menos 7 puntos de intención de voto como consecuencia de la efectiva ‘guerra sucia’ tricolor por las acusaciones de lavado de dinero que nunca pudieron ser respondidas con precisión. ¿A quién le interesa ir a ver a un candidato presidencial vapuleado y en picada? Pues a nadie.

 

Sinceramente, Anaya como candidato es anticlimático, gélido y carece de cualquier tipo de arrastre popular a diferencia de Andrés Manuel López Obrador que moviliza multitudes, emociona con su discurso antisistémico y tuvo ‘llenazos’ en cada evento en Puebla. Como diría Thor: el tabasqueño es fuego y el queretano es hielo. Así de simple.

 

Como no puede competir en arrastre popular, Anaya ha diseñado actos anticlimáticos en los que su ausencia de imán se note lo menos posible. Ayer, en su discurso en el Hotel Presidente Intercontinental ante un grupo de jóvenes que supuestamente acudió a recibir una “capacitación digital”, presumió que su primer acto de campaña fue un ‘hackathón’ donde miles de jóvenes se reunieron para usar las “más modernas tecnologías” para analizar los problemas nacionales y generar propuestas.

 

¿De qué puede servirles a millones de mexicanos encabronados por la corrupción, el nivel de violencia e inseguridad, la precaria situación económica, los ‘gasolinazos’, robos en el trasporte, el enriquecimiento de los políticos? Pues de nada. En realidad, el ‘hackathón’ desvela la distancia entre el queretano y la realidad de los mexicanos.

 

Doloso o culposo, el sabotaje y abandono a la campaña de Anaya fue evidenciado. A los morenovallistas no les interesa fortalecer las aspiraciones presidenciales del queretano. Como ya hemos descrito en otras entregas, al ex gobernador poblano le interesa que el candidato presidencial del Frente sea derrotado. Y mientras peor le vaya, mejor para él.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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