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Poder y Política
Manuel Cuadras
24/03/2009
¿Quién mató a Colosio?
La pregunta, a quince años del asesinato, sigue siendo la misma: ¿Quién mató a Colosio? ¿Salinas? ¿Camacho? ¿Zedillo?
Por principio de cuentas creo que debemos descartar la (estúpida) teoría del asesino solitario, no hacerlo así sería un verdadero insulto a la inteligencia de todos. El asesinato de Colosio fue un plan perfectamente orquestado, cuidando todos los detalles y eliminando aquellos pequeños cabos que pudieran quedar sueltos y servir de pistas. Uno de esos cabos sueltos era Federico Benítez López, entonces director de la Policía Municipal de Tijuana. Benítez López detuvo cerca de las inmediaciones de Lomas Taurinas a Jorge Antonio Sánchez Ortega (agente del Cisen) por llevar su chamarra manchada de sangre y conducirse con actitud sospechosa (como queriendo huir del lugar). Lo más asombroso es lo siguiente: La sangre impregnada en la chamarra del agente del Cisen resultó ser sangre de Luis Donaldo Colosio (según el peritaje de la PGR), además, dio positivo en la prueba de rodizonato de sodio (para determinar si disparó un arma de fuego), pero lo más “curioso”, resulta que este agente del Cisen, es de enorme parecido físico a Mario Aburto (o mejor dicho, al Aburto que nos mostraron en TV), tan es así, que al encontrarse en los separos de la PGJ de Tijuana, fue confundido momentáneamente por la mamá de Aburto. Recapitulemos: Una persona es vista con actitud sospechosa huyendo de Lomas Taurinas. El sujeto es detenido. Porta una chamarra manchada de sangre. La sangre es de Colosio. El tipo disparó un arma de fuego. El tipo se parece muchísimo al “Aburto” que presentan en Almoloya. El sujeto es puesto en libertad por “falta de elementos”. Un mes después, es asesinado el director de la Policía de Tijuana (Federico Benítez López) quien curiosamente fue el primero en interrogar al agente del Cisen. ¿Alguien cree en la teoría del asesino solitario? Por supuesto que no, la pregunta sigue siendo, ¿quién lo mandó a matar?
Muchos afirman que fue Salinas el autor intelectual, para sostener su teoría, mencionan el rompimiento entre candidato y presidente, derivado de las constantes y agudas pugnas entre ambos. Cierto, la relación entre Colosio y Salinas no pasaba por el mejor de los momentos, pero de eso a matarlo, me cuesta aceptarlo. Supongamos que fue Salinas: ¿Qué pudo haber pasado entre diciembre y marzo (tan fuerte) como para mandarlo a matar? De acuerdo a lo registrado en la prensa de aquellos días, lo más fuerte que pudo interpretarse como rompimiento entre ambos, fue el famoso discurso del 6 de Marzo, ¿Eso orilló a Salinas a matarlo? No lo creo. ¿Fueron diferencias personales? ¿Se dio cuenta Salinas que se había equivocado? ¿Esa es razón suficiente para mandarlo a matar? Me cuesta trabajo aceptar que por un rompimiento un presidente pueda matar a su candidato; si no lo hizo Díaz Ordaz con Echeverría, no creo que Salinas (por muy satanizado que lo han pintado) haya eliminado a su amigo íntimo Colosio. El propio Jorge Castañeda en su libro La Herencia” nos da su opinión acerca de cómo percibió a Salinas (flaco y demacrado) en aquellos días posteriores a la muerte de su amigo. ¿Puede alguien deprimirse tanto por una muerte que él mismo ordenó?
Hay quienes afirman que fue Manuel Camacho. Sin duda, hasta antes de Noviembre de 1993, nadie dudaba que el candidato de Salinas fuera su compañero de universidad, Manuel Camacho Solís. ¿Quién mejor que él? ¿Quién sino él? Después de todas las señales y mensajes enviados por parte de Salinas, no había duda en que “el bueno” era Camacho. Evidentemente la designación de Colosio no le cayó nada bien a Camacho, de hecho, fue el único funcionario que no se sumó a la “bufalada” y no lo fue a felicitar en su nominación. Para sostener la teoría de Camacho como autor intelectual, habría que preguntarnos: ¿podía alguien como Camacho ordenar un crimen de esa naturaleza? ¿Tenía los elementos a su alcance? ¿Podía burlar la seguridad interna del candidato (sin tener como cómplice a alguien)? ¿Se alió con alguien para matar a Colosio? De ser así, ¿por qué entonces declaró el 22 de marzo (un día antes del asesinato) que declinaba sus aspiraciones presidenciales, porque —dijo— no estaba dispuesto a ser candidato bajo cualquier costo y bajo cualquier precio? ¿A qué se refería? ¿Cuál sería el mayor motivo que tendría Camacho para matar a Colosio? Convertirse en candidato, ¿cierto? ¿Por qué entonces se autodescartó un día antes del asesinato?
La teoría de un complot entre Ernesto Zedillo (coordinador general de la campaña) y José Córdova Montoya (jefe de la oficina de la Presidencia), tiene su fundamento en dos hechos llamativos. El primero de ellos es que Zedillo no acudió al mitin de Lomas Taurinas, argumentando que tenía acuerdo con el presidente Salinas; dentro de las indagatorias del caso Colosio, llama la atención que en la agenda institucional de la Presidencia de la República (por ley entregada al Congreso de la Unión) no estaba agendada una reunión entre el presidente Salinas y Ernesto Zedillo. ¿Por qué entonces no estuvo el día del asesinato? ¿Por qué le mintió a Colosio diciendo que se reuniría con Salinas? El segundo aspecto sospechoso se da en medio del funeral de Colosio. Salinas le pregunta a Diana Laura si no tiene inconveniente en que el candidato sustituto sea Zedillo, a lo cual Diana Laura responde: “¿Qué?, todos menos Zedillo. Donaldo ya no lo aguantaba, de hecho te había pedido en múltiples ocasiones que se lo cambiaras, la última vez fue mediante una carta que te hizo llegar a través de Córdova”. Salinas, contrariado, le responde que nunca se enteró de esa carta, llama a Córdova y le pregunta por la misiva, y éste responde: “Sí, presidente, te la pensaba dar en estos días…” ¿Porqué le ocultaron esa carta a Salinas? ¿No le parece muy extraño que el hombre más cercano al presidente haya bloqueado la petición de Colosio de sacar a Zedillo de la campaña, y que a la muerte de éste, Zedillo se viera favorecido como candidato?
¿Quién mató a Colosio y por qué? ¿Salinas? ¿Camacho? ¿Zedillo? ¿Los grandes intereses nacionales y extranjeros que lo vieron como una amenaza? Pero lo más importante: ¿Ha servido en algo el ideario de Colosio? ¿Es éste el PRI que Colosio anhelaba? Usted tiene la mejor respuesta…
*En próxima entrega les contaré acerca de unos actos de corrupción en el Ayuntamiento de Puebla Capital. La nota promete ser un escándalo y se encuentra debidamente documentada.
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