Poder y Política


Manuel Cuadras

28/07/2009


Sergio Castro, el socio de El Clássico


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El fin de semana pasado nuevamente El Clássico bar volvió a dar de qué hablar. Sí, efectivamente, el famoso antro del empresario (defraudador) Sergio Castro, una vez más dio nota en todos los periódicos. ¿Por qué tanto afán de abrir ese antro? ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Por qué (a pesar de todas las reacciones negativas) hay tanto interés en abrirlo? ¿Quién es o qué representa Sergio Castro como para que le brinden tantas facilidades? Más allá de las irregularidades jurídicas y políticas que ha cometido el Ayuntamiento de Puebla en este asunto (y que analizaremos en otra columna), vale la pena hacer un estudio del poderoso empresario para descubrir el motivo de su insistencia y descubrir además porqué es tan querido y protegido entre los políticos.


La influencia de Sergio Castro en nuestra entidad es evidente. Mantiene una estrecha relación con el grupo de poder marinista que le ha permitido encontrar trato preferencial (VIP) en todos los negocios que el neomagnate cultiva en Puebla: es socio mayoritario de los exclusivos antros El Clássico Bar y República, así como también patrocinador del equipo de fútbol Puebla, todo —según el Chelís— obtenido de la mano del gobernador.


Pero el historial de Castro es muy extenso, su mente aguda y calculadora lo han llevado a descubrir una nueva técnica de elusión fiscal diferente a sus ya famosos sistemas de outsourcing y sociedades cooperativas. Resulta que también ha encontrado un “método alterno de comprobación fiscal”, conocida popularmente como LAVAR DINERO. Veamos.


La Procuraduría General de la República ejercitó acción penal en contra de Sergio Castro López, a querella presentada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), por prácticas fiscales indebidas en el uso de sociedades cooperativas. En un comunicado conjunto, ambas instituciones explicaron que Castro es uno de los pioneros en la implementación en el país de esquemas fiscales agresivos, y uno de los que más utilizó es el denominado “esquema de sociedades cooperativas”. Su práctica causa graves daños a los trabajadores, ya que les priva del servicio médico, desconoce antigüedad y derecho a percibir utilidades; en tanto que los erarios federal y local dejan de percibir contribuciones.


Entre otras, las correspondientes a Impuesto Sobre la Renta por la prestación de un servicio personal subordinado, aportaciones de seguridad social e impuestos locales sobre nóminas. Sin embargo, con la querella y la investigación realizada por el SAT y la orden de aprehensión librada por la PGR, desde el 28 de


noviembre se ejercitó acción penal en contra de Castro López, quien está sujeto a proceso penal ante el Juez Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales, con sede en el Reclusorio Norte.


Para una persona que se dedica a cuidar las utilidades de las grandes compañías, resulta inadmisible que no tenga una vacuna para cuidar los intereses propios; Sergio Castro que es un erudito en el difícil arte de engañar al fisco, emplea muchas de sus técnicas en beneficio personal. ¿Cómo le hace Castro para justificar su fortuna repentina? ¿De qué manera Castro López puede eludir el delito de riqueza inexplicable? ¿Cómo justifica ante Hacienda las grandes cantidades de dinero que recibe (y que en teoría tendría que declarar) cuando muchas de ellas provienen de “partidas secretas” de sus amigos políticos? Fácil: inventando negocios que le dejan “ganancias millonarias”. ¿Cuáles son esos negocios? Sus antros y algunos equipos de futbol.


¿Qué tienen en común la administración de un antro, un espectáculo artístico y un estadio de futbol? Que los tres cuentan con entradas incuantificables (por tanto manipulables) y que evitan la facturación. De ahí su afán por la apertura de antros, la compra de equipos de futbol y la organización de espectáculos. Ojo, no perdamos de vista que para este magnate lo fundamental no es hacer dinero, sino justificarlo.


¿Cuál es el modus operandi de esta técnica? La inflación de las ganancias reales, a través de los accesos a los recintos; en el caso de los antros mediante el cover y el consumo, y en el caso del futbol y los espectáculos mediante la taquilla (boletaje).


¿Cómo determinar que en una noche entraron cien o mil jóvenes a uno de sus antros? ¿Cómo determinar si en un domingo entraron mil o 10 mil aficionados a uno de sus estadios? ¿Cómo saber cuántos boletos se vendieron y cuántos se regalaron en uno de los conciertos que organiza? No hay forma fidedigna de saberlo, toda vez que no hay un medio de control que audite las entradas reales. Para ser más claro, pongamos un ejemplo que lo contraste: ¿Se puede medir cuántos boletos (exactos) vende una línea de camiones (ADO)? Por supuesto que sí. La razón es que cuando usted compra un boleto en la terminal, inmediatamente sus datos son capturados en una base de datos que coteja: nombre, costo y lugar de la persona que adquirió el boleto. Volviendo al caso de Castro, ¿cuentan sus negocios con un sistema similar? Obvio que no. Luego entonces, si una noche de un antro (de moda) arroja ganancias promedio de 60 mil pesos, Sergio Castro puede inflar la ganancia y registrar “mágicamente” ingresos de 200 mil pesos. Lo mismo ocurre con los partidos de futbol. ¿Todo un paraíso fiscal no? De ahí que para Sergio Castro López la administración de antros y equipos de futbol signifiquen un oasis perfecto de justificación de recursos.


Se estima que Sergio Castro es socio (o dueño) de casi una decena de antros a lo largo de todo el país, y accionista (o dueño) de un par de equipos de futbol, entre los que destacan: El Circo, Dejavú, Cafeína, SOA, República, El Clássico, así como los equipos de fútbol Tecos A y los Linces Prosesa de Oaxaca.


Actualmente es sujeto de una exhaustiva investigación por parte del SAT, e incluso su eventual defraudación multimillonaria motivó a las autoridades fiscales a emprender una campaña en medios electrónicos e impresos, para alertar a los contribuyentes “sanos” de no caer en las jugarretas de este influyente defraudador.

 

Como podemos ver, Sergio Castro es todo un maestro de la evasión y defraudación fiscal. Una mente brillante con un alto olfato político, aunado a sus relaciones de poder y su fortuna millonaria. Seguramente aparecerá en la próxima edición de “Los Intocables” de Jorge Zepeda Patterson ¿no cree?

 



 
 

 

 
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