El paso del huracán Dean por el estado de Puebla, lo mismo que todos los fenómenos de este tipo que se han presentado, dejan muy en claro las irregularidades en materia de asentamientos humanos.
Las intensas lluvias y fuertes vientos delimitan las zonas de riesgo y en la que no debe haber asentamientos humanos: orillas de ríos, debajo de cables de alta tensión, barrancas, sobre cerros o a un lado de ellos.
La pérdida de vidas humanas o materiales en los siniestros siempre se presentan en esos lugares en donde no de haber construcciones por el peligro que representan para la población.
Los daños ocasionados por Dean, Stan y todos los huracanes y ciclones que se han presentado se ubican en esa zonas prohibidas, o que lo deben ser, para construir vivienda, sin embargo, son cientos los asentamientos que se ubican en esos lugares, los resultados ahí están.
Nadie olvida por ejemplo la tragedia de 1999 en la región de Teziutlán en donde fallecieron más de doscientas personas y que habitaban zonas de riego, los cerros se vinieron abajo con todo y casas, muchas fueron sepultadas por estar a un lado de los cerros, los que con la enorme humedad se reblandecieron y derrumbaron, fueron muchas vidas humanas las que se perdieron.
Los daños que causan los huracanes, ciclones, tormentas tropicales, debiera llevar al Congreso del estado a revisar leyes en materia de asentamientos humanos y actualizar todo aquello que no esté claro, crear nuevas leyes y disposiciones si es preciso. Los Ayuntamientos los que otorgan el uso de suelo o los permisos de construcción, deben cumplir y hacer cumplir las normas, reglamentos y leyes para permitir todo nuevo asentamiento o construcción.
Hoy no sabemos en dónde estén las leyes vigentes en materia de asentamientos humanos porque se ven construcciones sobre todo de vivienda en todos lados, sobre cerros y a un lado de ellos, en barrancas y riberas de ríos o cauces, ahí se ven las vivienda.
Quienes se dedican a la venta de lotes actúan con plena libertad, venden por todos lados, los ayuntamientos parecen no darse cuenta de esto, la realidad es que llegan a acuerdos con los vendedores para que éstos procedan a vender.
Para comprobar estas irregularidades sólo basta visitar cualquiera de los 217 municipios del estado, Puebla, Amozoc, Atlixco, etc., en todos ellos hay asentamientos humanos irregulares, cientos de familias que ocupan espacios no aptos para edificar vivienda por encontrarse en zonas federales o cerros, en los que además es difícil y costoso llevar los servicios.
En el estado existen aproximadamente seis mil quinientas comunidades, algo así como treinta en cada uno de los municipios, Esto habla de la enorme dispersión de la población, lo que dificulta y encarece todo. Hay comunidades de hasta quinientos habitantes o menos ubicadas en partes altas de muy difícil acceso, una tragedia en esos lugares ocasiona dificultades para llevar auxilio o apoyo.
Los Ayuntamientos, los presidentes municipales, saben muy bien los lugares que no deben ser usados para construir, conocen las normas y leyes vigentes para que las apliquen.
Sin embargo, la realidad es que en cada evento meteorológico se lamentan más pérdidas de vidas humanas y materiales. Los medios sólo se nutren de las tragedias, los reporteros dicen que hicieron sus mejores trabajos desde el lugar de las tragedias, hay que cómo por ejemplo los comunicadores de Televisa transmitían en pleno huracán para hacer más dramático el asunto, los noticieros de radio y televisión dicen hacer una gran cobertura de los hechos, la televisión hace del dolor humano material informativo para atraer más público y consumidores.
Del lado del gobierno surgen cientos y miles de declaraciones, todos hablan, los responsables de protección civil, presidentes municipales, diputados, secretarios, se informa de todo, de los famosos albergues, entrega de despensas, cobertores, agua, servicios médicos, evacuaciones, etc.
El gobierno federal aplica el famoso Plan D N III, que quien sabe en qué consiste, a los soldados sólo se les ve en tareas de rescate, de modo que el nombre es lo de menos.
No es que los siniestros puedan ser evitados o que no generen daños, si por ejemplo Catrina causó muchas vidas en Lousiana, Estados Unidos, qué no van a causar en México o Puebla, de lo que se trata es que aplicando reglas o respetando leyes, los daños sean menores.
Se trata de que nadie se exponga a los riesgos de enfrentar fenómenos naturales, si todo mundo se ubica en los lugares más seguros, sin duda los daños de los siniestros van a ser menores.
No se trata de que autoridades y medios de comunicación esperen los siniestros para hacer declaraciones y llenar espacios con fotografías y noticias, sino de reducir daños, eliminarlos en todo lo posible mediante mejores leyes y que se cumplan, los ciudadanos y el estado saldrían beneficiados.