Crece entre reos 'el que llama, paga'


Corrompen a custodios para meter teléfonos, y eluden el sistema de bloqueo de señal

 

Staff / Agencia Reforma

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Internos del Reclusorio Norte reinventan el plan telefónico "el que llama paga", al utilizar cientos de celulares --introducidos ilegalmente-- para extorsionar desde el interior del penal.


Gracias a la corrupción, los presos han superado una doble barrera puesta a los teléfonos móviles: la de las aduanas del penal y la del sistema de bloqueo de señal celular.


A dos años de la instalación de ese bloqueador, que costó al Gobierno capitalino 5 millones de pesos, los reclusos aún pueden hacer llamadas con su celular.


Ya pasa del mediodía. En el patio central del Reclusorio Norte, ubicado en la Delegación Gustavo A. Madero, los internos comienzan a buscar el mejor espacio para platicar con sus visitas.
Los custodios se mueven expectantes, como buscando el indicio más pequeño de que algo está mal, fuera de orden.


En una de las mesas, un grupo de reos platica. Un teléfono celular plateado está al centro, a la vista de reclusos, visitantes y guardias.


Ninguno de los custodios se inmuta cuando el aparato, cuya posesión está prohibida por el reglamento de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social, suena.


Uno de los internos contesta y se separa del grupo. A unos metros, otro reo guarda su celular en el bolsillo del pantalón color beige; por el patio central se pierde con una mujer que llegó a visitarlo.


Los mismos reclusos afirman que en el penal hay entre 500 y 600 celulares.


La corrupción es la que les permite tenerlos y es la que provoca el fracaso de los bloqueadores suministrados por una empresa israelí, cuyo nombre nunca fue revelado por las autoridades penitenciarias.


Por cada teléfono, cuentan los internos, se tiene que pagar a los custodios una renta semanal de 500 pesos.


La mayoría de los aparatos, aseguran, son utilizados principalmente para llamadas de extorsión y, en segundo término, para mantener contacto entre integrantes de la banda o para comunicarse con familiares y amigos.


Ahí, dicen, dentro del Reclusorio Norte, todos saben que en los anexos 5, 6 y 7 se concentra la mayoría de los extorsionadores.


Y en esos dormitorios siempre hay señal para los teléfonos celulares.


"No sé por qué en esos anexos, en especial, siempre hay señal, si es porque ahí no llega el bloqueo del celular o realmente lo desconectan", afirma el recluso.

 

Hace tres semanas fue cesado el director de seguridad del Reclusorio Norte, Mario Díaz, a quien reclusos y custodios acusaron de fomentar la corrupción.


El sistema de bloqueo de señal celular se adoptó a finales de 2005, luego de que se descubriera que 38 por ciento de las llamadas de extorsión telefónica, registradas ese año, provenían del Reclusorio Norte.
En un recorrido realizado esta semana por ese penal, los internos explicaron que hay dos formas de meter un celular al penal.


La primera, dicen, es que una visita lo introduzca en la comida o en sus genitales, pero si un custodio localiza al interno con dicho aparato, puede ser enviado a una zona de castigo o extorsionado.


La segunda forma es hablar con algún jefe de apoyo de seguridad para que él mismo introduzca el teléfono, previo pago de 5 mil pesos, independientes a la "renta" que deben cubrir todos los domingo los reclusos que poseen celular.

 

 



 
 
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