Instruyen barras argentinas a mexicanas

 

Les enseñan a extorsionar a jugadores y directivos

 

Mariano Dayán / Agencia Reforma

 

Mientras se busca que el futbol vuelva a ser familiar, las noticias que llegan desde Buenos Aires no son nada optimistas.
Según un informe realizado por la gente de la seguridad argentina y de la Policía Federal, hay barras mexicanas que están tomando clases con sus pares argentinos.
Las barras argentinas, además del negocio que generan por sí mismas, tienen otros paralelos. Principalmente las de Boca. Por ejemplo, llevan a extranjeros a las tribunas a cambio de 150 dólares para que sientan lo que es estar ahí. Y ahora, parece que encontraron otra veta interesante: exportar sus conocimientos a México y Colombia.
Aconsejan a las barras a nivel organizativo y a nivel musical. Es más, hay constantes contactos vía internet. Lógico, nada gratuito, sino a cambio de dólares. También enseñan cómo extorsionar futbolistas y dirigentes, algo usual en Argentina.
Según dicen, hubo contactos con barras de Tigres, Pumas y América.
¿Será por eso que Rafael Di Zeo, líder de la barra brava de Boca y a punto de ir a prisión, decía hace unos meses que "La 12, para los barras de todo el mundo, es Harvard. Vienen a aprender"?. Hasta se comenta que "el Nariz", de la barra Rebel de Pumas, estuvo dos veces en Buenos Aires con los de Boca.
Este Di Zeo, cara visible de la violencia en Argentina, es como un "mesías". Los padres le acercan los niños para que los toque, para que se saque una foto con ellos. Pero él, de 44 años, es el rostro de la violencia, aunque él casi nunca se mancha de sangre.
Es un personaje mediático que no esquiva las cámaras y que tampoco tiene problemas en que la TV filme documentales sobre su accionar en las canchas.
Las barras existen desde los 70 y siempre hubo sectores organizados, pero la marginalidad creciente generó una relación llena de violencia y negocios turbios.
Los futbolistas se sienten amenazados e indefensos, y ponen plata. A los dirigentes les pasa algo similar, sólo que a mayor escala. Para evitar frases tales como "sé a qué colegio va tu hija", entregan entradas y negocian con los barrista.
De repente los barras exigen que este jugador sea comprado por el club, en una operación en la que ellos cobran una jugosa comisión.
Negocios sucios, contactos con la política, sangre que corre, peleas internas entre bandas que supuestamente están del mismo lado pero rivalizan. Una radiografía de las barras argentinas. Las que quieren copiar en México.


 
 
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