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Historias bajo el alud

__Los funcionarios del Gobierno estatal rechazan la existencia de más cadáveres bajo los escombros del __cerro desgajado en Eloxochitlán y sólo reconocen a un desaparecido. No obstante, familiares de asajeros __aseguran que no tienen noticias de por lo menos 25 de ellos.

 

Edmundo Velázquez / Aunque las autoridades cancelaron las tareas de limpieza y rescate de cuerpos el jueves pasado por la noche, al menos 25 familiares de pasajeros que venían de Veracruz aún no tenían noticias de ellos, como aseguró Isidro Bolaños Méndez, poblador de la comunidad de Atexacapa, comunidad perteneciente a Eloxochitlán.  


Basta con recordar que Germán García Pajares, director operativo del Sistema de Protección Civil, admitió que al menos 50 personas habían sido atrapadas el día del alud, e incluso fue confirmado por el Servicio Telefónico de Emergencias 066 unas horas después. Pero estas cifras comienzan a ser negadas por las autoridades para justificar el cese del rescate.


Isidro Bolaños Méndez, quien participó en las labores de rescate, dijo que muchas familias regresaron a su lugar de origen cuando supieron que el Gobierno del estado había cancelado la búsqueda. Entre los desaparecidos se encuentra Rogelio Zoquitecatl Carrillo, poblador de Eloxochitlán, quien no fue encontrado en los días de rescate.


A pesar de esto, desde el jueves se suspendió la búsqueda y el mismo viernes el Ejército Mexicano dejó Eloxchitlán alrededor de las nueve de la mañana. “Yo nada más los vi pasar desde el jueves por la noche, y en la mañana que se fue el Ejército me dio mucha desesperación, mucha impotencia… ¿ahora cómo nos van ayudar?… ¿porqué se van?”, comentó molesto e indignado el presidente auxiliar de Zacacoapan.


El problema, como señalaron Isidro Bolaños y el mismo presidente auxiliar de Zacacoapan, Armando González Arrillaga, es que hay pobladores que insisten en que viajaba una camioneta gris detrás del autobús que fue sepultado, versión que comienza a ser negada por las autoridades.


Los funcionarios del Gobierno del estado rechazaron la existencia de más cadáveres bajo los escombros del alud, incluso previeren evadir el tema.  Roberto Morales Flores, secretario de Salud, aseguró que “él solamente tenía que implementar un cerco sanitario”, el cual consistió en esparcir cal sobre el lugar del siniestro, pero “como prevención” en caso de que pudiera haber más cuerpos en el área.   

 

El hijo del ex presidente
Don Margarito Hernández llora en la cocina de su casa. Ofrece un taco a quienes asisten al velorio de su hijo, Armando, quien era chocador de la Línea Tlacotepec de Porfirio Díaz-Tehuacán. Su muchacho fue uno de lo 32 encontrados en la zona de la tragedia.


Sobre el féretro gris con detalles en color negro donde descansa el cuerpo de Armando, las vecinas le colocan flores “Ciento uno”, planta silvestre que abunda en la región. Más de cien velas se reparten en el piso de la humilde casita de madera. Ahí dormía Armando, con su mujer y una niña de 8 meses de nacida. El muchacho, aunque ya era padre de familia, quería seguir con sus estudios y trabajaba para ahorrar y estudiar derecho.


El padre de Armando entró en el trance del luto. Un poco de alcohol ayudó a sobrellevar la tragedia, mientras él se queda ido frente al féretro de su hijo. Sus hermanos y vecinos aseguran que Margarito es uno de los mejores presidentes municipales, que llevó el camino a la zona de Eloxochitlán.


El velorio enlutece a Texacapa. La comunidad perteneciente a Eloxochitlán ni siquiera llega a junta auxiliar. Unas casitas se esparcen  en esa zona de la Sierra Negra, y para llegar a ella uno necesita caminar más de media hora, o si pasa alguna camioneta donde viajen amigos puede ahorrarse la escalada del camino rural y hacer casi 10 minutos desde el centro de Eloxochitlán.


“La vista es bonita, no hay problema si caminamos porque es muy bonito el panorama”, platica Celso Hernández, también hermano de don Margarito, quien mira al voladero que desde esa zona puede verse.
“A mí me odió Melquiades Morales, hice el bien a mi comunidad, traje luz y el camino, traje los servicios ¿y qué me gané?, me mandaron a la cárcel”, comenta Margarito Hernández sobre el año que estuvo en el Cereso de San Miguel, preso porque el garrote del Orfis así lo determinó.


“Pero pude comprobar mi cuenta pública, y aquí estoy, libre… pero ahora la corrupción se lleva a mi hijo también”, asegura el ex presidente municipal sobre la construcción de la carretera.

 

“No me la maltraten”
Mariana, niña de seis años, veracruzana y proveniente de Limonestitla, fue recibida entre sollozos por sus tíos. Dicen que de esa familia, donde fallecieron varios integrantes, sobrevivió únicamente el padre.


“¡No me la maltraten! ¡Por favor, no me la maltraten más!”, gritó el padre de la niña cuando le informaban que venía en camino. Él se encontraba a las puertas del auditorio de Zacacoapan, lugar que ocuparon para identificar y acomodar a cada cadáver en su féretro. Se adelantó a los voluntarios, llegó hasta ellos que la transportaban enredada en una sábana blanca. Acercó el ataúd y les ayudó a bajarla.
Cerró aquella pequeña caja de madera y se echó a llorar sobre ella. A Limonestitla viajaron con el resto de los cadáveres, varios de los difuntos provenían de esa zona de Veracruz.


Fue ahí mismo, en el auditorio de Zacacoapan, donde muchos veracruzanos llegaron para buscar a familiares. Preguntaban sobre la lista de interfectos. No encontraban nombres de conocidos. Algunos permanecieron con sus amigos de la región, pero cuando vieron partir al Ejército sabían que no volverían a saber de sus hermanos, padres o hijos.


“Muchos se regresaron cuando las autoridades terminaron de buscar —comentó Isidro Bolaños—, se fueron tristes, decepcionados, sin más qué hacer”.

 

La hermana del chofer
Andrea Juárez García permaneció por horas en la central de Tehuacán. La línea Tlacotepec de Porfirio Días-Tehuacán no le dio respuesta por su hermano el día miércoles. Se enteró tarde de la tragedia y decidió viajar con la esperanza de aún poder verlo.


Cuatro horas esperó el camión, saludó al supervisor y al chofer en turno, los conocía por ser compañeros de su hermano. Acompañada de sus tres hijos quería transportarse pero la línea tiene solamente dos salidas a Tlacotepec de Porfirio Díaz, contrario a lo indicado en su puerta: “Salidas. 08:00am, 10:00am, 12:00am, 4pm…”.


Pero conocer a los compañeros de su hermano ni la tragedia ayudó a apurar al camión. “Pues estamos esperando a que se llene el camión”, dijo el supervisor. Desesperada, Andrea comenzó a cabildear con los ahí presentes para saber si se animaban a rentar una combi o un taxi entre varios que fueran a la zona de la tragedia. Pocos le hicieron caso.


Las combis y taxis hicieron su agosto. Hasta 700 pesos cobraba el taxi. Mil 500 la combi. Una camioneta de redilas le ofreció a Andrea llevar a todos los que cupieran por mil 200 pesos. Ella, indignada, prefirió conseguir el carro de un conocido que por suerte y un poco de misericordia solamente le pidió llenarle el tanque de gasolina.

 

La niña desconocida
Hasta el sábado por la noche se especuló sobre los dos cadáveres que quedaban sin ser identificados. Una niña entre 12 y 14 años de edad y una mujer de más de 35 años. Incluso comenzó a rondar una historia negra sobre ambas. De las dos se decía que eran madre e hija, que venían de Veracruz y estaban invitadas a una fiesta de graduación en Tlacotepec de Benito Juárez. Que por error habían subido al camión que las llevó hasta Tlacotepec de Porfirio Díaz y que al notar su equivocación sería imposible volver, ese día, a su lugar de origen.


Dicen los rumores que en la central de Tlacotepec de Díaz permanecieron la noche. Y que de regreso a Tehuacán abordaron la primera salida que las llevó a la muerte.


Esa era la historia de ambos cadáveres que hasta ayer domingo tendrían como destino la fosa común. Pero según un reporte del Gobierno del estado, el cuerpo de la mujer adulta correspondió a Susana Villaseñor Rodríguez, de 54 años de edad y originaria del Distrito Federal. Fue reconocida por su hermana, María Araceli Villaseñor Rodríguez.


Con esto se desechó una de las historias tétricas como tantas que se contaron sobre aquellos que murieron debajo del alud.

 

 

Los 32 pasajeros
A continuación, la lista completa de fallecidos encontrados en el alud de Zacacoapan, Eloxochitlán.

    1. Luisa González de Tlaujacapa, municipio de Eloxochitlán,  28 años.
    2. Gregoria Martínez Robles, de Tlacotepec de Porfirio Díaz de 43 años.
    3. José Ignacio Castro Martínez, de Tlacotepec de Porfirio Díaz, 12 años.
    4. Heriberto Castro Avendaño de Tlacotepec de Porfirio Díaz, de 36 años.
    5. Armando Hernández García, de Texacapa, de Eloxochitlán, 22 años. Checador de la línea.
    6. Magdaleno Juárez Rojas, de Agua Azul de Tlacotepec de Porfirio Díaz, de 41 años.
    7. La profesora Adriana Herrera Rojas, trabajaba en Tepexilotla, pero ella era de Puebla, Puebla. De 24 años.
    8. Profesor Óscar López Marín, de Martínez de la Torre, Veracruz, de 35 años.
    9. Mario Lázaro Sánchez, de Aculcingo, Veracruz. Era el operador del ayuntamiento de un trascabo.
    10. Una niña desconocida de 14 años, que se dice es de Coxcomatepec, Veracruz.
    11. Fausto Esperón Castro de Tlacotepec de Porfirio Díaz, de 20 años.
    12. María Alejandra Castro Hernández, de Limonestitla Veracruz, de 9 años
    13. Emeterio Montalvo Quiahua, de Ojo de Agua de Tlacotepec de Porfirio Díaz, de 28 años.
    14. María Magdalena Hernández Carrillo, de Limonestitla, Veracruz, de 46 años.
    15. Susana Villaseñor Rodríguez de 54 años de edad y originaria del Distrito Federal.
    16. Víctor Huera Olivares, Xonotipa, Eloxochitlán, 36 años.
    17. Mariana Escobar Hernández, de Limonestitla, Veracruz, de 6 años.
    18. Alejo Martínez Barbosa, de Xonotipa, Eloxochitlán, de 37 años.
    19. Javier de la Rosa Rosales, de Coaxuspa, Eloxochitlán.
    20. Profesora Tomasa Cruz Javier, de San Juan Ixcaquisxtla, Puebla, de 28 años.
    21. María Fernanda Hernández Carrillo, de Limonestitla, Veracruz, de 35 años.
    22. Profesor Francisco Fernández Hernández, de 24 años de Zacatlán, Puebla.
    23. Sergio Juárez García, el chofer de Zongolica, Veracruz, de 42 años.
    24. Iliana del Carmen Longoria Hernández, de Limonestitla, Veracruz, 19 años.
    25. Bogar Montalvo Andrés, de Tezonapa, Veracruz, 19 años.
    26. Martín Huerta Dan de Xonotipa, Veracruz, de 30 años.
    27. Marcelino Martínez Montalvo de Huixmaloc de 48 años.
    28. Eloy González Patricio de Coaxuspa, Tlacotepec
    29. Anastasio Sánchez de Jesús, Rancho de las Flores, de Zoquitlán de 25 años.
    30. Maximino Guzmán Guzmán, de Huixmaloc, de 35 años.
    31. Jorge Luis Fernández Carrillo, de Limonestitla, Veracruz, de 22 años.
    32. María del Carmen Hernández Carrillo, de Limonestitla, Veracruz, de 25 años.

 

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