Golea Inter de Porto Alegre al Pachuca


Se quedan con las ganas de levantar quinto título

 

Miguel Angel Briseño / Agencia Reforma

El Inter arruinó de manera brutal la ceremonia en la que Pachuca pretendía ponerle la cereza al gran pastel que cocinó durante todo su año futbolístico.


Los Tuzos fueron destrozados en Porto Alegre con un marcador de 4-0 ante un rival que había mostrado una cara de dulce abuelita en la ida de la Recopa Sudamericana, pero que ayer salió en su versión de lobo feroz.
Apoyados en un público que enmarcó de manera esplendorosa el renacimiento del campeón del Mundial de Clubes, el Inter abrumó al Pachuca desde el primer instante y el cuadro hidalguense fue incapaz de sobreponerse a la adversidad.
Parecía que los Tuzos volverían a aplicar la fórmula que les dio resultado en Santiago ante Colo Colo en la Final de la Sudamericana, conteniendo los ímpetus del monstruo en casa que quería aprovechar la euforia del arranque de encuentro.
Pachuca aguantó y poco a poco comenzó a imponer condiciones, pero una falta de Fausto Pinto al 29' dentro de su área desvaneció toda posibilidad de control visitante, pues Alex convirtió el penal marcado por el árbitro Sergio Pezzotta.
En una escena rara vez vista en los encuentros del Pachuca, el técnico Enrique Meza se fue expulsado por reclamar una decisión del silbante central al 37', lo cual mermó el ánimo de los Tuzos que perdieron a su guía espiritual.
Vino el medio tiempo, la usual entrada de Damián Álvarez, pero el argentino tampoco pudo revitalizar al Pachuca. Por el contrario, el Inter atacó más fuerte y al 50' Pinga fusiló a Miguel Calero para el 2-0.
Hasta ahí los Tuzos todavía tenían vida en la serie, pues el 2-1 era el único marcador que mandaba al alargue. Sin embargo, jamás hubo siquiera una opción clara de gol que le diera esperanza al equipo mexicano.
La reacción del Pachuca fue muy leve, y en un contraataque, Pato volvió a ganarle por velocidad a la zaga visitante y de zurda puso el 3-0 con el que los Tuzos tiraron la toalla en el terreno de juego.
A final de cuentas sí hubo una cereza en el pastel, pero la que correspondió al desastre pachuqueño cuando Aquivaldo Mosquera metió gol en su propia puerta al 79' al desviar un tiro de André Silva.
La tribuna del Beira Río se caía de la felicidad, el Inter ya sólo tuvo que esperar a que acabara un partido ante un equipo que terminó con 10 hombres por la expulsión de Pinto al 81'.
El de ayer fue un partido entre dos clubes que ganaron múltiples trofeos en sus respectivas temporadas, pero el Inter se encargó de dejar en claro que su título conseguido en el Mundial de Clubes no fue obra de la casualidad.


 
 
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