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Aplica EU la
misma dosis
Vuelve el Tricolor a caer ante EU; no irá a Copa Confederaciones 2009
Luis Homero Echeverría / Agencia Reforma
/ Y no se cumplió la promesa. México dejó ir la Copa de Oro de la Concacaf en el partido que mejor jugó, con más hambre, con más ganas, con un 2-1 ante el más odiado rival, Estados Unidos, país que ahora podrá presumir ser el mejor del área.
Apagado quedó ese juramento que hizo Hugo Sánchez de ser el campeón del torneo, bandera que repitió cada día de la concentración mexicana y que se deshiló cuando el esférico que remató Benny Feilhaber hizo su viaje a la portería Tricolor.
Sí, Hugo triunfó como jugador, pero ya cayó como técnico, y apenas en su primera competición oficial. Ayer el alma estuvo en los de adentro, en los que sudaron y metieron la pierna, en los que se olvidaron de esquemitas y tocaron con esa insistencia de querer ser ganadores, de acabar con un vecino incómodo.
En ello contribuyó en demasía Nery Castillo, jugador que dribló por izquierda primero, que tomó el medio campo después y que se escapó por la diestra para crear la pintura del gol mexicano.
A Castillo le siguió Andrés Guardado y la dinámica fluyó en el cuadro Tricolor.
Pero comenzaron los infortunios, primero con la salida por lesión de Jared Borgetti y luego la eficacia estadounidense.
Porque justo en el mejor desempeño de México en toda la Copa de Oro apareció un penal que decretó el guatemalteco, Carlos Batres, dándole a Estados Unidos la llave de la recuperación con la falta que le marcó a Jonny Magallón.
Ahí comenzó el desmoronamiento de un equipo que jugó con pinceladas en la primera mitad y que tuvo en una acción previa, con Rafael Márquez, la posibilidad del 2-0.
El ánimo no se perdió del todo, pero el balón sí. Estados Unidos se metió en el ritmo rápido del cotejo, ese al que no se pudo acomodar en la parte inicial, pero que fue su mejor aliado en el complemento.
Con dos ajustes, los ingresos de Ricardo Clark por el centro y Taylor Twellman para atacar por izquierda, el técnico Bob Bradley amarró a México y le dio la vuelta por los costados, sobre todo el derecho.
Ahora el que se creció fue Oswaldo Sánchez. El arquero mexicano, ya con intervenciones atinadas desde el primer tiempo, empezó a lucir al sacar los balones que ganaron la espalda a sus compañeros.
Pero vino la catástrofe. Con una imagen similar a la de hace un año en Leipzig, durante el Mundial 2006, la de Oswaldo estirándose sin alcanzar el esférico, se derrumbó el sistema, el esquema, la táctica, la estrategia, pero sobre todo el carácter que, de todo lo mencionado, fue lo mejor de México en el partido.
El Tri trató de no morir antes de tiempo, pero el reloj corrió al mismo ritmo del juego y en ese viaje de angustia al silbatazo final, Adolfo Bautista no pudo salvar la tarde en la acción de la posible igualada.
México sigue sin ganar a Estados Unidos en su terruño y el lamento se alarga. Está fuera de la Copa Confederaciones 2009, sucumbe en el área donde antes era el mandón y no hay tiempo de llorar, porque lo espera Brasil el miércoles para abrir la Copa América.
¿RECUERDAS?
Hace un año, durante la Copa del Mundo en Alemania, México quedó eliminado al caer 2-1 con Argentina en tiempo extra con un disparo de Maxi Rodríguez de larga distancia y de aire, similar al gol del triunfo de EU. |
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