Bety Paredes se desvive en elogios a Blanca Alcalá

 

-crónica-


La pone como la número uno de sus “nuevos caudillos” Con un auditorio Plutarco Elías Calles a reventar, los priistas vitorean a sus líderes, entre ellos el gobernador Mario Marín, que los llevaron al triunfo en sus respectivas entidades en el presente año


Edmundo Velázquez/ Enviado / México, D.F.

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Luego de rebatir la postura histórica del PRI y hundir a la derecha como un amorfo ente  desmemoriado que se olvida de su herencia ante la Revolución Mexicana, Beatriz Paredes Rangel en un discurso ante el Comité Ejecutivo Nacional agradeció a un nuevo listado de “caudillos” que provocaron que el partido tricolor avasallara en las elecciones del 11 de noviembre  el 42 por ciento de votos en el país. “¡Gracias Blanca!”, dijo efusivamente Paredes Rangel y enlistó a la poblana como primera de sus nuevos caudillos que le permiten a su dirigencia “construir el PRI del Siglo XXI.


Y en el auditorio Plutarco Elías Calles, en un lleno a tope donde se reunieron más de mil 500 priistas, retumbaron en ecos constantes porras y aplausos a la primera alcaldesa desde la comitiva del Comité Estatal del PRI.

 

Los gritos solamente fueron minimizados por los de “¡Marín, Marín!”. Al flanco  derecha de Paredes, a unos metros, se encontraba el gobernador de Puebla, sentado justo a un lado de Fidel Herrera, gobernador de Veracruz, y dos lugares de Enrique Peña Nieto, gobernador mexiquense, quien fue el más vitoreado por el auditorio.

 

A Blanca no se le volvió a mencionar y se quedó quieta en su lugar, sentada a la izquierda del escenario, entre sus homólogos ganadores de otros estados del país, apenas dibujada a lo lejos enfundada en un traje café grisáceo. 


En paralelo a los gobernadores se encontraba la plana mayor del tricolor, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón, Jesús Murillo Karam, quienes también vitorearon el discurso de Paredes quien una tras otra línea acudió a la historia para recalcar que los priistas no olvidaban su pasado ni los ideales de la revolución, esto en directa alusión al gobierno federal y la cancelación del desfile deportivo del 20 de noviembre.


“Demandamos que la celebración de la gesta revolucionaria se mantenga en el rango y la jerarquía de los que dieron origen al México moderno. Queremos que la celebración de la Revolución Mexicana siga tomando las calles”, grito la priista entre la bulla provocada por su expresiones contra el gobierno panista.


Paredes instó a la derecha en su discurso para que abandone  “el olvido a su herencia”, para no caer en la “desmemoria”, para dejar esas conductas que los mantienen como “retrógradas”.


“La versión de la derecha está fundada en la revelación y no en la razón, como el origen y destino del ser humano, por lo que puede darse constantes encontronazos con la realidad. Con la misma ignorancia que con la que hace cuatro siglos atrás hicieron de la tierra una burda forma geométrica y una imprescindible inmovilidad”, dijo Paredes entusiasmada y con los brazos extendidos como la nueva prócer del priismo, como la única que ha logrado una reconstrucción, casi de cero, del priismo.


Y entre los pasillos los beneficiaros del régimen paredista en el PRI la aplaudían como un mesías en versión femenina, un mesías que no abandona el gabán tejido en telar y la trenza enredada alrededor de su cabeza.


Y un informe aplastante, lleno imágenes en rojo, de estados a tope de votos para el tricolor ésta mesías, la nueva profetiza del tricolor, rindió sus buenas cuentas en Yucatán, Chihuahua Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Baja California, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala Michoacán y Puebla.  En la era Paredes nada más 18 gubernaturas y 20 capitales gobernadas por el tricolor, en el último año 9 de 14 capitales en disputa. Paredes también presumió sus cuatro carros completos en las últimas elecciones: Durango Oaxaca Puebla y Tamaulipas.


Entre gritos de un éxtasis tricolor, entre el megáfono de las mexiquenses gritonas, y las porras de los “¡Jarooochos, a hueeevo!”, tras el recuento de las cifras del “PRI del Siglo XXI” fue que Paredes hizo esa apología de la derecha mexicana “la misma que entregaba el país a una monarquía ante el temor de una anexión ante el quinto presidente de los Estados Unidos, James Monroe”.


“Desde los inicios del siglo XXI el pensamiento anticientífico ha permitido convertir en un rosario de parábolas los capítulos cruciales de la historia”, mencionó Bety mientras desdoblaba las hojas de su discurso, “la versión de los avatares vividos en los tiempos por un pueblo empeñado en constituirse en nación, se convierte en un mamotreto de hojas intercambiables a su conveniencia”.

 

Así fue que, desde una admitida nostalgia desde la oposición que algún día gobernó los destinos de este país, Bety Paredes reconoció así a sus nuevos caudillos. “Pero hay que recordar que la nostalgia es un sentimiento, y la amnesia es una enfermedad”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 
 
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