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Gris, el debate entre candidatos a la alcaldía
Fue un ejercicio insípido, aburrido y tedioso
La sorpresa de la noche fue Gabriel Hinojosa quién como ex gobernante reconoció los errores y los obstáculos a los que se enfrentó en el sexenio bartlista, e instó a los poblanos a votar
Selene Ríos Andraca
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El debate de cinco de los seis aspirantes a la Presidencia Municipal de Puebla fue un ejercicio insípido, aburrido y tedioso, cumpliendo las expectativas esperadas, puesto que el candidato obligado a tener un papel protagónico, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, desperdició la oportunidad de enfrentar públicamente a la priista Blanca Alcalá Ruiz, mientras que ésta repitió de memoria un discurso ambiguo y soso.
Blanca Alcalá Ruiz, PRI-PVEM; Antonio Sánchez Díaz de Rivera, PAN; Gabriel Hinojosa, PT; Roberto Ruiz Esparza, Panal; Samuel Malpica, PRD-Convergencia y Federico Chilián, de Alternativa Social Demócrata, se vieron frente a frente por primera vez en el debate televisivo, llevado a cabo y transmitido por el Sistema de Comunicación e Información del Gobierno del Estado (Sicom) ayer en la noche.
La sorpresa de la noche fue Gabriel Hinojosa, abanderado del Partido del Trabajo, quién como ex gobernante reconoció los errores y los obstáculos a los que se enfrentó en el sexenio blartlista, e instó a los poblanos a votar: “Yo respetaré su decisión, y elijan a quien elijan yo seguiré trabajando para transformar a Puebla y a México”.
Durante la presentación, Antonio Sánchez pintó un escenario interesante para la noche y lanzó la primera estocada en contra de Blanca Alcalá, quien fiel a su línea gubernamental no respondió al ataque. El panista le recordó a los televidentes que Alcalá fue una imposición del gobernador Mario Marín Torres para “cubrir sus intereses”.
“En este proyecto, en este debate y hoy día en esta campaña hay dos corrientes fundamentales con respecto a todas las demás una que nace de la elección democrática del PAN y otra que nace de la imposición del gobierno del gobernador Marín para cubrir sus intereses.”
Mientras que Alcalá resaltó en su presentación los consejos heredados de su madre, sus convicciones y sus anhelos de gobernar la capital del estado.
En tanto, Gabriel Hinojosa basó su discurso en entregarle el poder a los poblanos “para que ustedes decidan” qué hacer con los recursos, porque “ya estuvo bueno de andar rogándole a las autoridades para que hagan obras públicas”.
Y la disertación de Federico Chilián estuvo bañada de tintes ideológicos, golpeando reiteradamente a los candidatos del PRI, PAN y del PRD por sus políticas añejas que sólo han dañado al país. Fue el único abanderado en tocar el tema de la pederastia clerical y civil, aunque no abundó.
Blanca Alcalá y sus lugares comunes
Las propuestas lanzadas por Alcalá Ruiz cayeron en lugares comunes: ataque a la pobreza, apoyo a las mujeres, atención a las enfermedades femeniles, combate a la marginación de la periferia de la capital y la instauración de un mejor sistema de seguridad pública.
De parte de la candidata de la Alianza Unidos para Ganar no hubo ningún mensaje político en contra de su principal rival, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, ni tampoco un espaldarazo a las acciones gubernamentales de Mario Marín Torres y Enrique Doger Guerrero.
En el primer capítulo del debate, enfocado a sociedad, Alcalá habló sobre la participación ciudadana para inversión pública y la seguridad.
“La participación ciudadana es un eje central en mi propuesta de gobierno, por ello he considerado utilizar diversas metodologías que han sido ya probadas en distintas partes del mundo y en América Latina, efectivamente el presupuesto participativo es una de ellas, por ello he considerado que será necesario utilizar una parte del presupuesto en materia de inversión publica.”
Un tanto nerviosa y haciendo ademanes torpes, Alcalá propuso invertir 300 millones de pesos para las juntas auxiliares, las unidades habitacionales y las colonias luminarias, así como colocar cinco mil luminarias, cuatro clínicas rodantes, guarderías para madres trabajadoras, una patrulla y dos botones de seguridad por colonia, e invertir 55 millones de pesos en la remodelación y equipamiento de escuelas públicas.
La propuesta más interesante de Alcalá fue su programa de regularización de colonias, para el cual piensa invertir 150 millones de pesos anuales para apoyar a 11 mil poblanos, con el objetivo que al término de su trienio, al menos la mitad de los poblanos asentados en lugares irregulares cuenten con seguridad jurídica.
Toño y sus golpes ciegos
Después de proponer la instauración de un metrobús, un parque angelopolitano de tecnología de información, un instituto de la vivienda, su famosa ventanilla única, su fondo de 25 millones de pesos para jóvenes, el equipo de cómputo para los mejores promedios de las universidades y los programas para combatir la drogadicción, Sánchez Díaz de Rivera lanzó otros dos golpes velados en contra del autoritarismo de Mario Marín Torres.
“Yo sí respetaré los derechos humanos, ya no más gobiernos que avergüencen” matizó el panista en contra del gobernador Mario Marín por su participación en la conjura contra la periodista Lydia Cacho Ribeiro.
Es preciso señalarle al lector que aunque no mencionó el escándalo Marín-Nacif es la misma frase que emplea en sus exposiciones cuando se refiere al mismo.
Otro golpe velado que tuvo que ser descifrado por los poblanos fue: “En los últimos tres años han aumentado en 1000 millones de pesos servicios personales, pago a asesores y de imagen personal”, en clara alusión al excesivo gasto realizado por el gobernador para resarcir su dañada y vapuleada imagen pública.
El comentario más criticado de la noche se lo llevó Roberto Ruiz Esparza, quien pese al escándalo de corrupción político-deportiva que detonó Récord, dijo: “Ya tenemos equipo de Primera División, sólo nos falta una ciudad de primera”.
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