Román Lazcano


En esto creo


Abogado, 37, síndico municipal


Arturo Rueda

 

 

La familia Lazcano no es una mafia. Más bien es un grupo que reconoce el trabajo, las diferentes capacidades de cada uno de sus miembros y lo que buscan es el beneficio social. Somos una familia propositiva que siempre estamos generando modelos jurídicos que beneficien a la ciudadanía.

 

No sé si haya juristas o no en Puebla. Lo que tengo claro es que hay personas que vivieron en su momento épocas de gloria y obviamente también épocas de decadencia.

 

Admiro a Pacheco Pulido, aunque he sido su crítico. Es una persona que pudo combinar el litigio, la abogacía, la judicatura y la política y que hasta el momento sigue activo. Es un jurista.

 

Me gustaría ver más magistrados jóvenes en el Tribunal Superior de Justicia. El Poder Judicial local ha entrado en una renovación ética y generacional.

 

Los notarios no son una elite privilegiada. Son destacados profesionistas, jurisconsultos que tienen una gran responsabilidad de darle a conocer a los particulares las mejores estrategias de derecho a favor de ellos.

 

Irme a estudiar mi posgrado a la ciudad de México es la decisión más difícil que he tomado en mi vida. Implicó obviamente dejar a mi familia, mi proyecto en ese momento para tratar de conocer personajes públicos de la vida nacional.

 

El político poblano que más admiro es a Román Lazcano Fernández.

 

La Libre de Derecho de Puebla debe replantearse su modelo educativo y la necesidad de agrupar a quienes formaron parte de sus egresados. Más que en la mercadotecnia, debe priorizar el desarrollo humano de los estudiantes.

 

En el servicio público, antes que en la academia o el litigio, es la posición en la que mejor puedo desarrollar mis habilidades en beneficio de la gente. Soy una persona que siempre busca mejorar los esquemas jurídicos-políticos.

 

Espero que algún día pueda dar clases en la UNAM y la BUAP. Además, la Libre de Derecho, pero de México.

 

Introducción al Estudio del Derecho de Eduardo García Maynez es uno de mis libros de cabecera porque conjuga perfectamente el concepto sociológico-jurídico, así como debe interpretarse la norma y como debe aplicarse. Azteca de Gary Jennings también me influyó en su momento.

 

Tengo el reto de demostrar que los jóvenes en puestos de alta representación, como la sindicatura, podemos ser eficientes, presentar propuestas serias y viables. Es hora de un cambio generacional.

 

En el derecho vale tanto la juventud como la experiencia. Si existe una nueva metodología o una nueva instrumentación y no se tiene ese conocimiento, de nada sirvió la experiencia, porque ya los modelos cambiaron. Si se tiene juventud pero no se tiene aprendizaje y experiencia de nada sirve porque hay ciertas circunstancias donde se deben tomar decisiones que solamente te lo da el tiempo y la madurez política.

 

La humildad ante la oportunidad de ocupar algún puesto público y sobre la gran responsabilidad que se tiene al ocuparlo es la mejor lección que me dio mi padre, René Lazcano.

 

En la política, las libertades personales se vean acotadas respecto a las libertades institucionales. En el servicio público no existe esa verdadera libertad que permita a los funcionarios públicos expresarse de acuerdo a sus concepciones ideológicas, doctrinarias o principios y valores, porque se antepone un valor colectivo y un valor social o un valor institucional al valor individual.

 

En mi familia todos somos abogados porque pensamos que la forma correcta de encontrar la justicia es a través del derecho.

 

¿Que si hay mafias en el mundo jurídico poblano? Creo que hay personajes que lamentablemente han generado que la justicia se haya trastocado. Tal vez el argumento ahora ya no es la verdadera fortaleza del abogado, sino las relaciones.

 

Ignacio Morales Lechuga, ex Procurador General de la República, es el abogado que más admiro porque es una persona que tuvo la oportunidad de cargos públicos federales, pero su comportamiento y su rectitud siempre hablan de su humildad.

 


 
 
Todos los Columnistas