Incumple Jajomar a empresarios del Paseo de San Francisco


La falta de proyección de la plaza ha provocado el cierre de ocho establecimientos en lo que va del año


Los hermanos Martínez cobran rentas altísimas que van de los 40 mil a los 400 mil pesos mensuales, sin embargo, no han logrado la promesa de instalar marcas de renombre como Sears, Martí, The Rain Forest Cafe y Mister Tenis.


Efraín Núñez Calderón / Yonadab Cabrera Cruz

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La operación del Centro Comercial San Francisco a cargo de la empresa Jajomar —a través de Plus Arrendamiento— resultó un gran fraude operado por los hermanos Jacobo y José Martínez, pues ambos incumplieron el compromiso con los locatarios de traer grandes tiendas ancla como Sears, Martí, The Rain Forest Cafe y Mister Tenis, entre otras, provocando cuantiosas pérdidas a quienes arrendaron locales comerciales.


Hoy los locatarios enfrentan demandas penales y civiles de parte de la empresa que busca hacerse de la concesión de los parquímetros. Además los hermanos Martínez los mantienen amenazados y cobran rentas altísimas que van de los 40 mil a los 400 mil pesos mensuales.


El 19 de octubre de 2005, en la inauguración del estacionamiento del Paseo de San Francisco, Mariano Martínez Ramos, directivo de la empresa Plus Arrendamiento reveló a Cambio que entre las 70 firmas que habrán de instalarse en el centro comercial se esperaban el Hard Rock —en el inmueble de Villa Flora— Italiannis, Sanborn´s, Cinemex, Sears, Mix Up, Crispy Cream y Ranfordest café y hasta un Wall-Mart, entre otras firmas.


A tres años de este anuncio, las expectativas nunca se cumplieron. En un recorrido realizado por esta casa editorial se pudo constatar no sólo que estas empresas no se han instalado, sino que además el 40 por ciento de los locales —entre 10 y 15— se encuentran desocupados.


Peor aún, los empresarios que instalaron sus negocios tienen pérdidas cuantiosas debido a que las ventas son muy bajas. En cambio las rentas son elevadas, comparándose incluso con las que se cobran en centros comerciales de mayor renombre y afluencia como Angelópolis y Plaza Dorada.


Ante la falta de ganancias para poder solventar sus rentas, los empresarios se han visto en la necesidad de costearlas con sus bienes patrimoniales como son sus automóviles. Otros más deben meses de renta y a pesar de que son presionados, no reciben de Jajomar una propuesta para proyectar la plaza: “Sólo nos dicen que ahora sí ya casi vienen a instalarse tiendas como Sears”, manifestaron.


Y por si esto fuera poco, los locatarios denunciaron acoso y prepotencia de parte de Jacobo Martínez, quien no permite la crítica ni las presiones de los empresarios para detonar el crecimiento de la plaza.


Pidiendo el anonimato por miedo a represalias, los quejosos advierten que si las condiciones no mejoran cerrarán sus puertas y se trasladarán a otros centros comerciales que les ofrezcan mayores beneficios.


En lo que va del año alrededor de ocho tiendas dejaron de funcionar por sus cuantiosas perdidas económicas. Se trata de los negocios Paca las Gordas, dos locales de Lybia, Daniela’s, Sinabon, Rubí Platería, el restaurante C’ est la vie y Jack Palmas tuvo que reducir su local debido a que no le alcanzó para las rentas.


Por esta razón, los empresarios del Centro Comercial San Francisco han denunciado la “falta de proyección” de Jajomar. Y es que esta empresa tenía proyectado invertir cerca de 300 millones de pesos, inversión que hasta el momento no se percibe.


Sus objetivos incluían el estacionamiento del Paseo de San Francisco, 12 cines, 134 viviendas denominadas “Lofts” que habrían de construirse en el interior de la exfábrica de Atoyac Textil, un área corporativa y un hotel boutique.

 

El acoso
de Jajomar


A través de engaños, los hermanos Martínez convencieron a las empresas instaladas en la plaza firmar contratos por tres años o más, según denunciaron los afectados, quienes denunciaron ser presa de las amenazas de Jacobo Martínez.
Cuando las ventas comenzaron a decaer, un grupo de locatarios se unieron para expresar su descontento a Jajomar. La respuesta de los Martínez no tuvo pierde: “No permitiré que se vuelvan a dirigir a mi de esta forma, no se permitirán más motines”.


La prepotencia de estos empresarios no tiene límites, pues los quejosos difícilmente pueden entrevistarse con ellos, pues llegan acompañados de un fuerte equipo de seguridad.


No es todo, Jajomar advirtió a los locatarios que si continuaban externando sus inconformidades tendrían consecuencias en su contra.


Una de las principales molestias de los empresarios radica en que no existe una tarifa preferencial para los inversionistas de la plaza, ni sus empleados: “No pertenece a la plaza, el Centro Comercial no tiene estacionamiento propio a pesar de que son del mismo dueño. Como locatarios tenemos que pagar 500 pesos al mes por guardar nuestros automóviles (…) También debería haber tarifa preferencial para nuestros clientes para que con su ticket de compra puedan acceder a un descuento, eso atraería a más gente”, dijo uno de los empresarios entrevistados


Más aún, en cuanto al tema de la seguridad la queja es latente. Y es que los empresarios consideran que esta es deficiente a pesar de la gran cantidad de uniformados privados que cuidan la plaza las 24 horas.


Recientemente, la Joyería Rubí fue asaltada en la madrugada sin que los policías privados pudieran hacer algo para frustrar el robo. Según los testimonios, los ladrones ingresaron a la plaza por el puente del estacionamiento:


“Lo que provoca la inseguridad es que Cash —negocio de juegos y apuestas— está abierto todo el día, por eso no se cierra el acceso por el puente. Esto afecta a los demás negocios que corren el riesgo de sufrir un asalto”, denunció otro inconforme.


Sin embargo, la seguridad pone atención a hechos menos relevantes. No se permite bajo ninguna circunstancia tomar fotografías y cualquier persona que ose sacar una libreta para realizar anotaciones es abordada de inmediato por los policías.


Además, los elementos de seguridad son constantemente sustituidos debido a los bajos salarios, malos tratos y violaciones a sus derechos laborales.

 


 
 
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