Descubriendo escándalos entre los burócratas


Norimitsu Onishi / Tokio


Notas Relevantes

Notas Anteriores

Tiene la intensidad de un cruzado, que rara vez muestra una sonrisa y prescinde de la necesidad del político de ganarse al visitante. No, para Akira Nagatsuma, un legislador de oposición que alguna vez fue reportero, el objetivo a la mano era claro: acabar con el estado unipartidista de Japón revelando información oculta.


Al dar seguimiento a datos que recibe cada día en su teléfono celular y desentrañar secretos de la burocracia todopoderosa, Nagatsuma, de 48 años, se ha vuelto bien conocido por descubrir las malas conductas oficiales.

 

De nuevo acaparó los titulares de primera plana recientemente al exponer la amplia práctica entre los burócratas de élite de usar el dinero de los contribuyentes para tomar taxis que los lleven a casa en la noche, y aceptar tragos, regalos e incluso efectivo de conductores que buscan pasajes repetidos. Las revelaciones que rodean a los “taxis de taberna”, como se les ha llegado a conocer, le volvieron un personaje aún más temido entre los burócratas. Y elevaron su posición entre los votantes que primero oyeron hablar de él, el año pasado, cuando descubrió el extendido mal manejo burocrático de los registros de pensión nacionales.


La búsqueda obstinada de Nagatsuma de los problemas de pensiones, le hicieron ganarse el apodo de “Señor Pensión” y ayudó a su Partido Democrático a apoderarse de la cámara alta del Parlamento el verano pasado. La ira de los votantes contra el gobernante Partido Liberal Democrático eventualmente condujo a la caída de Shinzo Abe, entonces primer ministro, y a algo que el Japón de posguerra nunca había experimentado: un parlamento dividido.


Acostumbrados a medio siglo de régimen casi continuo por parte de los liberales demócratas, los votantes japoneses se siguen sintiendo incómodos con la situación política actual, a la cual los medios noticiosos de manera uniforme describen negativamente como un “parlamento retorcido”. Y, en realidad, sin historia de bipartidismo, el Primer Ministro Yasuo Fukuda y sus liberales demócratas han luchado por lograr la aprobación de incluso las leyes más básicas. Por primera vez, han tenido que negociar con una oposición con verdaderos poderes.


“Pienso que es lo mejor que se puede tener”, dijo Nagatsuma, “porque estamos acercándonos a lo que debería ser la democracia básica. Estrictamente hablando, la democracia aún no ha echado raíces en Japón”.


Así que Nagatsuma ve posibilidades en el llamado parlamento retorcido. El control de la oposición sobre la cámara alta ha llevado a sustanciales debates en cuanto a la política, aunque el partido gobernante ha usado su dominio sobre la más poderosa cámara baja para forzar la aprobación de alguna legislación.


El cambio también ha dado a los presidentes de comité de su partido en la cámara alta la autoridad legal para investigar el funcionamiento del gobierno convocando a testigos o demandando documentos. Aun cuando ese poder rara vez es ejercido y el propio Nagatsuma es miembro de la cámara baja, dijo que la nueva posición de su partido ha hecho a los burócratas más responsables ante sus demandas de información, aunque no tan accesibles como él lo desearía.


“Comparado con lo anterior, de algún modo están más dispuestos a revelar información”, dijo. “Estamos hablando de un cambio de una en diez ocasiones a dos en dos ocasiones. Pienso que, para una nación avanzada, eso es simplemente increíble. Ningún otro país oculta documentos del gobierno como lo hace Japón”.


Los legisladores japoneses no tienen espacio de oficinas, ya no digamos presupuesto, para contratar suficiente personal para un trabajo legislativo serio. Dependen de que burócratas dentro de los varios ministerios proporcionen información, investiguen asuntos, redacten discursos y, por supuesto, elaboren borradores de proyectos de ley.


Como desde hace tiempo han señalado los expertos en la política japonesa, esa situación ha creado una relación cómoda —y a menudo de colusión— entre burócratas y los liberales demócratas. Un 20 por ciento de los legisladores de la cámara baja del partido son ex burócratas, un porcentaje mucho más alto que en la oposición. A su vez, los burócratas, que se supone son servidores públicos neutrales, desde hace tiempo han favorecido al partido gobernante y tratado con desdén a la oposición.


“Si la burocracia es un caballo”, dijo Nagatsuma, “los políticos y el pueblo están montando ese caballo sin sostener las riendas. Simplemente nos sentamos sobre el caballo y dejamos que decida la dirección del país”.


En un órgano legislativo donde una cuarta parte de sus colegas heredaron sus escaños de sus padres o familiares, Nagatsuma llegó a la política en una forma indirecta. Después de la universidad se unió a NEC, el gigante de la electrónica, porque se sintió inspirado por el proyecto de la compañía en ese entonces de contribuir a la paz mundial construyendo una máquina de interpretación simultánea de idiomas.


Pero como joven asalariado, leía el Nikkei, el principal periódico económico del país, y se interesó en el periodismo. Solicitó exitosamente un puesto de reportero en la revista del periódico, Nikkei Business, y se torturó sobre si dar o no el salto.


“Mi esposa me reprendió diciendo que si realmente quería hacerlo, debería hacerme a la idea y simplemente hacerlo”, recordó.


Pocos miembros de su generación habrían dejado una compañía prestigiosa para seguir ese interés, y él no estaba seguro de si había tomado la decisión correcta.


“Mis editores me dijeron que escribía peor que un estudiante de secundaria”, dijo. “Me dijeron: ‘Has elegido el camino equivocado’. Una vez, escribí y reescribí unas 30 veces sin dormir durante 70 horas”.


Después de dos años, sin embargo, encontró que su fortaleza radicaba en descubrir información. Tuvo una revelación cuando estaba reporteando sobre los préstamos sin desempeño de los bancos japoneses, que estaban en incumplimiento de pago o cerca de caer en el incumplimiento. Cuando acudió a un funcionario del Ministerio de Finanzas en busca de información, le dijeron que “no provocara ansiedad” escribiendo sobre los préstamos.


Como legislador de la oposición desde 2000, Nagatsuma encontró que la burocracia estaba cerrada para él. Pero usando sus habilidades de reportero, empezó a investigar el mal uso de fondos públicos que hacían los burócratas del Ministerio de Salud. Eso provocó la ira de algunos funcionarios de salud que, según encontró una investigación posterior, lo atacaban en su capítulo de la Wikipedia japonesa mientras estaban en servicio.


La investigación de Nagatsuma también condujo a datos y a su gran primicia de que los funcionarios de salud habían manejado mal o simplemente perdido los registros de pensiones de decenas de millones de japoneses. El partido gobernante trató de ocultar el hecho, luego empeoró las cosas tratando de minimizarlo.


En estos días, Nagatsuma recibe hasta 30 mensajes de correo electrónico al día y actúa en base a los datos más prometedores, como el referente a los “taxis de taberna”.


Para sonsacar respuestas a los burócratas, ha tenido que perfeccionar sus técnicas de interrogatorio.


“Nunca dirán la verdad a menos que uno les haga 100 preguntas, o uno encuentre un caso concreto por su cuenta”, dijo Nagatsuma.


“Los burócratas japoneses no dirán una mentira directa”. Añadió: “Pero no dirán nada más allá de lo que se les pregunte. Nunca dirán voluntariamente nada. Si uno les pregunta algo como ‘¿Qué hay de esto? ¿Sí o no?’, entonces no mentirán”.

 

 

 

Copyright 2008 / Todos los derechos reservados para M.N Cambio /


 
 
Todos los Columnistas