Dan una miseria de ayuda a afectados por deslave en Tlaola


Siguen viviendo en una escuela


Dos despensas saqueadas y 10 mil pesos en efectivo, es la asistencia gubernamental que han recibido los deudos de la mujer que falleciera la semana pasada


Leticia Ánimas Vargas / Corresponsal / Tlaola, Puebla

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Dos despensas saqueadas y 10 mil pesos en efectivo es la ayuda gubernamental que han recibido los deudos de la mujer que falleciera la semana pasada junto con su hijo de cuatro meses, en la población de Tlatepango, cuando un alud de tierra se precipitó sobre su vivienda ubicada en el barrio de Xoméatl.


El viudo, Maximino Andrés Chico de 25 años de edad y sus hijos Elvira de 12 años, Marcos de 7 y Ramiro de 3, todos de apellidos Andrés Miguel, quienes resultaron lesionados en el deslave ocurrido el pasado 9 de julio, permanecen junto con otras cinco familias en el albergue improvisado en el bachillerato de esta Junta Auxiliar, en espera del apoyo ofrecido por Germán García Pajares, funcionario estatal de Protección Civil, quien estuvo en este lugar.


Margarita Salgado Garrido, madre de Reina Miguel Salgado de 24 años, quien murió en el incidente, denunció que desde la semana pasada cuando el cerro se vino sobre sus casas, ninguna autoridad se había presentado al lugar, y por toda ayuda recibieron “dos despensas a las que les faltaba arroz y azúcar y 10 mil pesos en efectivo”.


“Ahora vivimos en el bachillerato general del pueblo, y no sabemos hasta cuándo vamos a seguir aquí, no tenemos a donde ir, y ni mi yerno ni mis nietos han recibido ninguna atención después de que salieron del hospital, no les han dado medicinas ni han revisado a los niños.”


“Todos quedamos traumados, pero acá no han venido ni los del DIF. Eso sí, el día de la tragedia todos vinieron a sacarse la foto, pero no han regresado”. El presidente municipal, Juvenal Viveros Bobadilla, de extracción panista, tampoco les ha llevado nada. “Seguro porque somos del PRI”, dijeron.


Más riesgo


Por otra parte, vecinos de Tlaltepango reportaron que una máquina enviada por la Sedeso para abrir el camino a la comunidad, rascó de manera inadecuada el cerro y las piedras están a punto de caer sobre el tramo habilitado, poniendo en riesgo a los transeúntes.


“Los cortes que hicieron casi son verticales, las piedras quedaron asomándose, a ras de la tierra, se nos pueden caer encima y lastimarnos, estamos alertando de esta situación para que luego no digan que no se podía adivinar que iban a pasar las cosas, como dijeron la vez pasada”, añadieron.


Pero eso sí, comentaron que a Daniel Huerta Garrido, vecino del lugar, quien atribuyó el desgajamiento a la mala calidad de la construcción de la calle Principal, a la que dijo no le hicieron alcantarillas, fue regañado por el presidente “por andar haciendo esas declaraciones”.


El día de la tragedia, Huerta Garrido declaró a este medio que el deslave era “resultado de los malos trabajos que hicieron, que le llegue al gobernador, allá está otro derrumbe, donde está mochado el camino, ya les dijimos, pero nunca nos hacen aprecio. Aquí a los difuntos los tuvimos que sacar nosotros, rascamos con la gente, el presidente auxiliar ni estaba, aquí nosotros nos ayudamos como hermanos, aquí no hay de que somos perredistas, priistas o ‘aleluyas’, aquí nos apoyamos parejo”.


Huerta Garrido aseguró que a pesar de haber dado aviso sobre el riesgo, ningún encargado de protección civil llegó a monitorear la zona. “Ya después del niño ahogado hay que tapar el pozo”.

 


 
 
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