Villeda finge demencia por infiltrado Zeta


Dice la exprocuradora que no sea acuerda de Manuel Antele Velasco, presunto líder de la célula


La ahora jueza de Tepeaca aseguró que su regreso al Poder Judicial del estado era para seguir “como siempre, trabajando” y que llegó a ese sitio porque “el pleno de magistrados del Tribunal era su jefe ahora y así se decidió”


Edmundo Velázquez

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La exprocuradora y actual juez penal de Tepeaca, Blanca Laura Villeda Martínez, sufrió un lapsus mental al escuchar el nombre de Manuel Antele Velasco, presunto líder de la célula de Zetas que opera en Puebla, y dijo “no recordar” a ningún miembro de su escolta con ese nombre.


Cambio buscó a la funcionaria en su oficina ubicada en el juzgado penal de Tepeaca, donde labora desde el lunes 15 de septiembre. El despacho que ahora tiene es una cuarta parte de la oficina que tuvo como procuradora.


Enfundada en un traje sastre blanco, blusa negra, moño negro en la solapa y con el corte y porte que lució al ser presentada como parte del gabinete del gobernador Marín, hace ya varios años, se encontraba la exfuncionaria; revisando un proceso, concentrada en la lectura del documento, con un cigarro en la mano izquierda y el legajo en la mano derecha acercándolo a su vista. Tras apagar el cigarrillo y abrir el ventanal a un costado de su oficina aceptó a hablar con el reportero.


“¿Zetas? ¡¿En mi escolta?!”, dijo alarmada al actualizársele en los datos publicados la semana pasada por el diario Intolerancia, donde se señalaba que Antele Velasco, “líder de la plaza” que mantiene el brazo armado del Cártel del Golfo fue su cercano colaborador.


—Se dice que Manuel Antele trabajó con usted, que era parte del grupo que directamente cuidaba de su seguridad… —se le preguntó a Villeda.
—No. No sé quién es.
—¿Trabajó para usted?
—No. No recuerdo a ningún Manuel Antele.
—Salió a mediados del 2006 de la PGJ…
—No, no lo recuerdo.
—Tenía la placa 134, trabajó en la Séptima Comandancia, y antes en el grupo Huauchinango…
—No. No, la verdad, no lo recuerdo. Es más, no sé si exista.
Al tiempo que hablaba la juez penal se levantó de su asiento, buscó un vaso desechable, tomó agua y café en polvo y regresó a la plática mientras revolvía con una cuchara de plástico.
—¿Desconocía entonces a sus escoltas? ¿No había pruebas de confianza? ¿No los examinaron?
—Mira, la escolta que yo recibí cuando ingresé a trabajar como procuradora era básicamente la misma que tuvo el pasado procurador. A mis escoltas los recibí. Eran los que cuidaban del anterior procurador.
—Entonces esto de que Antele era parte de su escolta…
—Son chismes… —finalizó sobre el tema Villeda Martínez.
Además, la ahora jueza de Tepeaca aseguró que su regreso al Poder Judicial del estado era para seguir “como siempre, trabajando” y que llegó a ese sitio porque “el pleno de magistrados del Tribunal era su jefe ahora y así se decidió”.
“Cuando se me invitó a formar parte del gabinete pedí una licencia (…) era por tiempo indefinido. El pleno aprobó que volviera a laborar y aquí estoy…”. Sin embargo, con la frase “ya no me entrevistes”, Villeda dio por terminada la charla.

 

 

 

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