Diseccionan la 'dinastía' Mario Marín
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Ángeles Mastretta explica cómo su novela 'Arráncame la Vida' analiza al gobernador
Reforma.com
Para comprender cómo es que Mario Marín se convirtió en el actual Gobernador de Puebla hay que leer Arráncame la Vida, sugirió Ángeles Mastretta, autora de la novela cuya versión cinematográfica fue una de las nueve semifinalistas para competir por el Óscar como Mejor Película Extranjera.
"Quería contar la vida de casi un dictador que fundó la dinastía de políticos que hasta la fecha siguen gobernando Puebla. Tenemos un ave de rapiña detrás de la otra. Ahora gobierna Marín, heredero cabal del personaje que yo quería hablar, Maximino Ávila Camacho", dijo la escritora.
Mastretta reconoció, durante la conferencia que dio el lunes en el Museo de Arte Popular (MAP), que finalmente no escribió sobre Ávila Camacho -"nunca iba a poder saber miles de cosas de él"-, y entonces inventó a un personaje con rasgos de varios caciques y retazos de historias de la gente que vivió cuando él gobernaba.
La novelista poblana señaló que antes de que Robert Sneider filmara la película basada en su libro recibió dos ofrecimientos para llevarla a la pantalla grande, entre ellos del productor del cineasta Wim Wenders, quien compró los derechos por 10 años, pero ninguno se concretó.
Aunque la autora de Arráncame la vida aseguró que la película no traiciona la obra literaria que le sirvió de inspiración, sí sostuvo conversaciones "intensas" con Sneider al momento de hacer el guión y decidir qué escenas editar.
De haber dirigido la cinta, dijo, sin duda habría provocado que Catalina Guzmán, narradora de la historia y esposa del general Andrés Ascencio, se viera más afectada por la muerte de su amante, Carlos Vives, y que la escena de amor entre ambos fuera más apasionada.
"Creo que Catalina debe llorar más de lo que llora y sé, porque estuve presente, que tenemos grabadas tres horas de llanto, ¿por qué no llora cinco segundos más?, el director no quiso", relató Mastretta ante las 200 personas que pagaron 500 pesos por escuchar su conferencia y comer en el MAP, donativo destinado al mantenimiento del recinto cultural.
Colaborar en el guión le permitió a Mastretta defender la permanencia de la escena en la que Catalina y Pablo Aventura, otro de sus amantes, hacen el amor, cuando Sneider la pretendía eliminar por temor a que el público la considerara "demasiado permisiva".
"Costó mucho trabajo, mucho dinero, mucho cansancio y esa escena era primordial para que ella no quede como la estúpida a la que el marido le pone el cuerno y ella se queda viendo al techo, entonces la rescatamos", relató la escritora.
Arráncame la Vida, consideró Mastretta, abrió la posibilidad de hacer una súper producción cinematográfica, de época, que resalta la belleza del País, frente a películas que exaltan un México "horrible, triste, lleno de miserables y malvados".
Ni tan tremenda...
A Hollywood le gusta el tremendismo, por eso Arráncame la vida, una historia más bien alegre, no quedó compitió por el Óscar como Mejor Película Extranjera, opinó Ángeles Mastretta, autora de la novela homónima.
"Ni siquiera pensé que fuera a quedar entre las nueve semifinalistas porque no denuncia una realidad actual. A ellos les gustan las cosas tremendas. Creo seriamente que los premios son una lotería, incluso los literarios. He sido jurado y sé de que tamaño son una lotería", añadió.
Desde que, en agosto de 2008, se lanzó la edición especial del libro Arráncame la Vida, en cuya portada aparece el cartel de la película, se han vendido más de 30 mil ejemplares, según cifras de Editorial Planeta.
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