Hallazgo en El Carmen


Un cráneo y parte de otro fueron encontrados por un albañil

 

Debido a la falta de antropólogos en la delegación local del INAH, los restos fueron embalados bajo instrucciones específicas y se encuentran en custodia del director del programa de Dignificación

 

Edmundo Velázquez

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“El Morgan”, sintió un objeto duro al palear tierra fuera del registro de la Comisión Federal de Electricidad. “Es dinero”, pensó Jorge Pérez —como en verdad se llama el albañil—. Al rascar con las manos encontró un cráneo, en vez de un cofre. Los restos de otro más se podían ver entre los bordes del hoyo, ubicado a unos centímetros del muro que bordea a la Iglesia de El Carmen.


Con 16 años de experiencia en el trabajo de la construcción, “El Morgan” nunca había visto algo igual. Era casi la una de la tarde cuando dio aviso a sus jefes inmediatos para reportar el hallazgo. El alboroto fue perfecto para la hora de comer de los trabajadores de las obras de dignificación del Centro Histórico, así que rápido se corrió la voz de que se habían encontrado restos humanos.


Al lugar llegó la patrulla 207 de la Dirección de policía Municipal. También acudió Rafael Barquero Díaz Barriga, responsable del programa de Dignificación del Centro Histórico de Puebla.


“Básicamente es un trabajo de Comisión Federal de Electricidad, se trata de un registro de baja tensión tipo dos. Es para coadyuvar el sistema de líneas subterráneas. En el registro aparece esta osamenta que se desprende de uno de los costados en el corte de la tierra, y este cráneo inmediatamente lo extraen y lo ponen en la superficie, nos avisan y fue entonces que se suspendieron los trabajos”, comentó Barquero Díaz Barriga.


Tras esto el Ayuntamiento notificó de inmediato al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que a los restos se le diera el cuidado y estudio necesario.


El boquete de tierra ubicado a un costado de la barda de la Iglesia de El Carmen fue resguardado de inmediato con cinta preventiva y se mantuvo en resguardo con un vehículo de la Policía Municipal.


Debido a la falta de antropólogos en la delegación local del INAH, los restos fueron embalados bajo instrucciones específicas y se encuentran en custodia del director del programa de Dignificación, en su oficina.


“Nos dieron instrucciones de que lo protejamos para que no se reseque el cráneo rápidamente y lo conservamos en bolsas, ahora se encuentra bajo nuestro resguardo”, detalló Barquero Díaz Barriga. Los restos serán entregados a los trabajadores del INAH en cuanto se reporten con el Ayuntamiento antropólogos físicos de la dependencia federal.


El titular del programa de Dignificación mencionó que no es de sorprenderse que en esta zona existan este tipo de restos, ya que antiguamente la plazuela fue un cementerio adjunto a la iglesia. De acuerdo al libro “Las Calles de Puebla”, de Hugo Leicht, la plazuela se inauguró como se conoce actualmente en 1912, pero décadas antes fue usada para enterrar los cuerpos de varios poblanos que fallecieron por una peste ocurrida en la ciudad a finales del siglo XIX, por lo que es probable que existan más restos humanos correspondientes a esa época.


“Desde la época virreinal estaba la costumbre de enterrar muertos junto a las iglesias. No hay duda de que podría aparecer otra osamenta si se hiciera una excavación sistemática”, apuntó el funcionario municipal. Por el momento, autoridades del INAH, indicaron que a la brevedad se revisaría de manera preliminar el hallazgo y en consecuencia girarían instrucciones al Ayuntamiento.


Mientras tanto “El Morgan”, se volvió famoso. El albañil incluso comenzó a cobrar las entrevistas y las fotografías para la prensa a diez pesos. Después de un par de horas su jefe lo reasignó a otra zona del Centro Histórico para que los medios de comunicación lo dejaran trabajar.

 

 

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