Mata a su hija a martillazos


Porque “no quería comer rápido”, reveló su padre

 

Tanto del golpe en la cara como de una patada en el estómago le provocaron lesiones a la niña para perder la vida, por lo cual, fueron presentados ante la PGJ Aurelio Morales López y Jovita Hernández Cruz, padres de la infante

 

Edmundo Velázquez

 

Porque “no quería comer rápido” Aurelio Morales López mató a su hija a golpes. Un martillazo en la cara y una patada en el estómago le provocaron lesiones que terminaron con la vida de su hija Evelin, de apenas tres años de edad.


Por si fuera poco, a Aurelio Morales López se le acusa de haber tocado a su otra hija, de cinco años de edad. Tanto él, como la madre de las niñas, Jovita Hernández Cruz, fueron presentados ayer por la Procuraduría General de Justicia y consignados ante el juzgado penal de Tepeaca por el delito de homicidio calificado.


Y es que Jovita ocultó los hechos, asegurando en un inicio que la niña había tenido malestares estomacales. De acuerdo a los detalles brindados por el subprocurador de Averiguaciones Previas y Control de Procesos, Víctor Pérez Dorantes, la última vez que Aurelio Morales golpeó a su hija fue el 18 de febrero al interior de su domicilio.


“No, no fue en la cabeza. Fue en la nariz, bueno… en el ojo. (…) Porque no quería comer rápido (…) También le di de patadas”, admitió Morales, de apenas 29 años de edad. Jovita, en su defensa aseguró que su marido amenazaba con matarla, en caso decir los abusos que constantemente cometía contra sus hijas.


“Yo los defendía, pero él me pegaba. Y varias veces estaba yo amenazada. Y me dijo que algún día iba a salir y me iba a matar (…) La niña más chica me dijo un día que su papá había tocado a mi hija la más grande. Ella me dijo que sí. Yo no denuncié porque estaba amenazada de que me iba a matar a mi y a toda mi familia”, mencionó Jovita. Tras los golpes que le fueron propinados a su hija, la madre —de 27 años de edad— acudió a un hospital. A la niña se le detectó una infección en las vías urinarias, la cual se agravó y murió finalmente el 22 de febrero.


Debido a que la niña presentaba varias características del llamado “Síndrome del Niño Maltratado”, la Procuraduría General de Justicia investigó al respecto con lo que se descubrió que la madre, Jovita Hernández Cruz, había encubierto las lesiones.


Por el delito de homicidio calificado, integrados en la averiguación previa número 260/2009, Jovita y Aurelio fueron consignados ante el juzgado penal de Tepeaca, y será ahora la juez Blanca Laura Villeda quien defina su situación legal.


Este, ya es el segundo caso en que un niño muere a manos su propio padre en lo que va del 2009. El primer caso ocurrió cuando Karla Magdalena Guzmán López interpuso una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia asegurando que ella y su hija, de tres años de edad, habían sido raptadas por un comando de encapuchados y después habían matado a la niña. Tras días de investigación, el 13 de febrero la Procuraduría General de Justicia descubrió una serie de contradicciones en la versión de la madre, de apenas 22 años de edad, quien admitió haber matado a la niña estrangulándola para después enterrarla detrás de una bodega de un hospital en Villa Frontera.

 

 

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