Vaticano despoja del sacerdocio a Nicolás Aguilar


Llama a los feligreses a no apoyarlo económicamente y a denunciarlo si ofrece servicios religiosos


Treinta años después de la primera denuncia por abuso sexual, la Santa Sede determinó despojar al pedófilo del título de cura, párroco, padre, sacerdote y presbítero, y a partir de ayer, el pederasta es sólo eso, un pederasta y un delincuente


Selene Ríos Andraca

 

Nicolás Aguilar Rivera nunca más podrá ser llamado “el cura pederasta” y es que a partir de ayer a su mote debe anteponérsele el prefijo ex, luego de que el Vaticano determinara despojarlo de su título eclesiástico por haber abusado sexualmente de al menos 90 menores de edad en México y Estados Unidos en las últimas tres décadas.


Según fuentes de la Santa Sede, confirmadas por el obispo de Tehuacán, Rodrigo Aguilar y el vocero de la Arquidiócesis de Puebla, Eugenio Lira Rugarcía, el expárroco poblano Nicolás Aguilar está expulsado de las filas de la Iglesia Católica, por lo que el Vaticano ha solicitado a los feligreses abstenerse de apoyar económicamente al pederasta, así como denunciarlo en caso de que ofrezca servicios religiosos.   


Hasta el mediodía de ayer, la expulsión de Nicolás Aguilar era un simple rumor, sin embargo, Eugenio Lira Rugarcía confirmó la notificación del Vaticano que ha recibido la Diócesis de Tehuacán para impedir que el poblano oficie misas en algún punto de la entidad.


En julio de 2007, el entonces arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca, informó que él, Rodrigo Aguilar y otros obispos a través de un escrito solicitaron al Vaticano cesar los derechos eclesiásticos de Nicolás Aguilar Rivera, debido a la serie de denuncias presentadas en Tehuacán y Los Ángeles, California por abuso sexual de 86 infantes.


“Es una súplica filial porque no se puede imponer, no podemos decir que así lo queremos, sólo sugerirle que quizá para el bien de la Iglesia lo mejor es que se le desligue del ministerio”, explicó Rosendo Huesca en una conferencia de prensa celebrada hace dos años.


El expárroco de Cuacnopalan y de Tehuacán es un prófugo de la justicia desde el 2003, cuando el juzgado tercero liberó una orden de aprehensión en su contra por el abuso de cuatro menores de edad y él escapó del ministerio público ubicado en El Riego, en San Vicente Ferrer.


Desde aquellos días, Nicolás Aguilar es un fantasma. Se le ha visto en la Sierra Negra, en la Norte y en la Mixteca. Pero nadie ha podido hablar con él, excepto algunos sacerdotes de aquellas regiones.


Aguilar Rivera ha sobrevivido gracias al apoyo incondicional que ha recibido de parte de su amigo de la infancia Gilberto Nájera Nájera, encargado de la capilla en Santa Clara Huitziltepec, quien incluso llegó a compartir su iglesia con él para que oficiara misas y confesara a los feligreses.


En 2003, tras el escándalo en San Vicente Ferrer, el entonces arzobispo Rosendo Huesca permitió que Nicolás Aguilar oficiara misas por algún tiempo en Santa Clara Huitziltepec, a pesar de la serie de denuncias en contra del hoy exsacerdote tanto en México como en Estados Unidos.


El pasado 18 de junio una nueva víctima rompió el silencio. El llamado John Doe —heterónimo de la víctima— presentó una nueva denuncia por abuso sexual en contra de Nicolás Aguilar durante su estancia en Estados Unidos al final de la década de los ochenta.


La denuncia presentada ante la Suprema Corte de California incluye a la diócesis de Tehuacán, al primado Norberto Rivera Carrera —el gran protector del pederasta— y al organismo de Educación de Estados Unidos por permitir que Aguilar Rivera enseñara español en aquel país. 


La respuesta de la Iglesia Católica llega 33 años después de las primeras denuncias, mismas que se originaron en Estados Unidos, cuando Nicolás Aguilar es transferido a Los Ángeles gracias al apoyo de Norberto Rivera y en complicidad con el obispo Roger Mahony.


Cuando Nicolás Aguilar huye de las autoridades de Estados Unidos por las 26 denuncias en su contra, éste es colocado en una iglesia del Estado de México, donde conoce a Joaquín Aguilar, el gran acusador de la complicidad y la protección del clero al pederasta.


El 19 de septiembre de 2006, Joaquín Aguilar presenta una segunda denuncia por el abuso sexual que sufrió en 1994, pero lo hizo ante la Corte de California, sin embargo, un año y medio después, ésta se declara incompetente para proceder en contra de un pederasta mexicano que atacó en territorio nacional.


Sin embargo, la nueva denuncia podría proceder, ya que el denunciante es un ciudadano norteamericano que sufrió el ataque sexual en 1987 por el cura poblano. Asimismo, el hoy expresbítero es uno de los 10 delincuentes más buscados por la Procuraduría General de Justicia en Puebla.

 

Acataremos decisión del Vaticano: Lira

 

Eugenio Lira Rugarcía, vocero de la Arquidiócesis de Puebla, informó que acatarán la decisión que la Santa Sede: “Es una decisión que la Santa Sede ha tomado con base en los elementos que se le presentaron, si una persona comete algún delito debe ser sancionada y, en el caso de un clérigo, se debe hacer tanto por las leyes civiles como las eclesiásticas.”


En tanto, el obispo de Tehuacán, Rodrigo Aguilar, hoy hará pública su postura y dirá, entre otras cosas, que la decisión del Vaticano será  irrevocable. (SRA)

 

Comienza la justicia: SNAP


A través de un comunicado de prensa, la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual (SNAP) celebró la decisión de la Santa Sede de revocar las facultades sacerdotales de Nicolás Aguilar y advirtió que ello no será un impedimento para continuar la lucha jurídica contra el pederasta y su gran protector Norberto Rivera.

 

“Da validez y quizás algún sentido de justicia para los más de 100 hombres y mujeres que fueron profundamente heridos durante décadas por los actos de Aguilar Rivera. Sin embargo, esta declaración de la Curia vaticana no alivia la responsabilidad moral del constante rechazo público que promovió la jerarquía Católica de Puebla, incluyendo al cardenal Norberto Rivera Carrera de la Arquidiócesis de México, de no sólo encubrir al violador sino también de no actuar para proteger a su feligresía del depredador en serie”, reza el comunicado firmado por el director general de la SNAP en México, Eric Barragán.  (SRA)

 

 

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