Por falta de contratos, el problema con el STA

10:45


Dice “El Chelís” a La Afición que la congelación de sus cuentas y la de 5 jugadores más fue porque no firmaron contrato y no había de donde deducir sus impuestos.


Nora Herrera/ Milenio online

 

El entrenador José Luis Sánchez Solá reconoce -antes de viajar a Cancún-, en exclusiva a La afición, que él y algunos jugadores –otros que ya son ex- del Puebla tienen adeudos con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Los implicados son, además del Chelís, Daniel Osorno (ahora en el Atlas), el hondureño Ramón Núñez (en Cruz Azul), el uruguayo Álvaro González, Felipe Ayala y Jorge Villalpando. No niega el conflicto, aunque en su favor revela que del último año deportivo en Puebla no hay de dónde deducir impuestos, pues él y sus jugadores fueron contratados por el club sin documentos de por medio: "El problema es que seis de nosotros tenemos la cuenta congelada… poca lana y congelada p’a acabarla".


— ¿Fue por parte de Hacienda?

— Sí. Nos están pidiendo la declaración del 2007, y ¿cuál declaración?


Unos minutos antes, el entrenador había confesado que en el campeonato anterior de Clausura 09, en el Puebla ni siquiera se hicieron contratos, y los acuerdos económicos a los que llegaron fueron de palabra, de ahí que a nueve jornadas del decisivo final, les dejaron de pagar y ni Ricardo Henaine ni Francisco Bernat le dieron la cara a los jugadores. Fue cuando tuvo que intervenir el Gobernador del Estado de Puebla, Mario Marín.


El Chelís detalló la encrucijada en la que estaba desde aquel momento: "Para empezar no podíamos hacer respetar los contratos, porque no había contratos, había palabra, la palabra de los que nos gerenciaban, y son amigos míos desde hace 40 años, creo mucho en su palabra, y como creo en ellos y su palabra, se las pasé a mis jugadores: ‘¿sí me vas a pagar?’, ‘sí, mano’ ‘¿y voy a ganar esto?’ ‘sí’; son mis compadres y creo en ellos, entonces, ‘¿tú respondes por ellos?’, me preguntaron y les dije: ‘sí, no se preocupen, yo respondo por ellos y ellos responden por mí".


Prosiguió el técnico: "Pero cuando se me van (sus amigos) nadie respondía por mí; entonces, ¿cómo respondo por ellos?, en esos momentos que estábamos así, hago así (gira su silla y su rostro) y veo al señor gobernador: ¿señor gobernador, me respalda?, ‘sí’, ‘jóvenes, nos respalda el señor gobernador, vámonos’. Entonces, le doy la espalda a éstos (los dueños del equipo), que no me respetaron, porque no había contratos".


—¿Entonces los contratos que se depositaron en la Federación eran sólo los reglamentarios?
—Reglamentarios. ¡Qué bonito lo dijiste! Reglamentarios.
—¿Al no haber contrato, no hay declaración de impuesto?
—No, no, lo que pasa es que son palabras mayores que yo ni conozco y entiendo que el problema no somos nosotros, ¿no?, porque entonces el problema seríamos 540 futbolistas ó 600 que dependemos de estos sueldos al año. No sé cómo lo lleven allá arriba (la administración del club), pero ese no es mi problema.
—¿Fue penoso que fueran las autoridades de Hacienda, primero al estadio y después al hotel a requerirlos en la Liguilla?"
—Ahí metí la pata, creo yo, porque no lo sé, pero en una semifinal sí hay una tensión y con una cosa de esas… eran ocho, ocho visitadores en el hotel y me puse medio cáscaras. Le dije a la gente de seguridad que los sacara y me dijeron: ‘no nos vamos a poder ir porque estamos en este hotel’. ¡Eran huéspedes, igual que nosotros! Pero ya, ya había metido la pata; no te estoy hablando de corrupción, pero ya no hubo manera ni de recibir el papel, no recibimos el citatorio y procedieron a congelar las cuentas.
—¿Su reacción fue por la misma tensión del momento?
—N’ombre, somos humanos, metes la pata, dices cosas que no debes y ahora a arrepentirse de eso; para la próxima ya no me pasa, estoy seguro. Pero ese es el problema, que tienes esto y ni a quién acudir del club, nos están pidiendo la declaración y si te piden la del 2007, supongo que te van a pedir la del 2008 y lo que va del 2009".
—¿Qué solución se dará a esto?
—No, pues como el patio de su casa, es particular, cada quien le va a dar la solución que crea conveniente su contador.
—¿En su caso, ni en su empresa había tenido estos inconvenientes?
—He tenido muchos problemas, pero tú llevas los hilos, pero aquí no sé mi contrato por dónde estaba, quién estaba, bajo qué figura declara el club: como sociedad civil, como sociedad anónima, qué empresa declara, no tengo ni idea, ni idea, ni idea.
—¿Usted se dedicó a lo suyo, la cancha y ellos debieron tener todo en regla?
—Ahora voy a tener que ir al botellón a dirigir a mis compadres.
— Ya hablando en serio, ¿sí hay riesgo de cárcel para usted con este problema?
—No sé, el que la hace la paga, si estás mal, hay una ley y hay que cumplirla, no está exento nadie, pero lo digo así nomás.

 

 

 


 
 
Todos los Columnistas